Otra vez El Quinto Sol

Xavier Noguez

Bajo el título de El Quinto Sol. Una historia diferente de los aztecas, y con gran optimismo y valentía, la doctora Camilla Townsend, profesora de la Universidad de Rutgers, en New Jersey, Estados Unidos, se propuso ofrecer, principalmente al público norteamericano, un libro con una “historia nueva [o diferente] de los aztecas”, que abarcara una extensa cronología, de 670 a 1631, o sea desde más o menos el inicio del Epiclásico mesoamericano hasta mediados del siglo XVII. Rara vez, un solo autor o autora se da a una tarea tan heroica como complicada. Generalmente, este esfuerzo de acercamiento tan amplio lo realizan un grupo de especialistas, que redactan trabajos de corte monográfico, emanados de sus correspondientes estudios y especialidades. Cito dos de los innumerables ejemplos: The Aztec World, editado por Elizabeth Brumfiel y Gary M. Feinman, y una obra reciente, a nivel de difusión, intitulada El esplendor del imperio mexica. El trabajo de la Dra. Townsend abarca 365 páginas de texto, acompañado de un robusto aparato crítico, consistente en notas y una amplia lista de obras consultadas, donde se agregaron los registros de las fuentes en inglés, que han sido traducidas al español.

En general, los críticos literarios norteamericanos y algunos especialistas en la materia, acogieron el esfuerzo de la doctora Townsend con entusiasmo, como una obra novedosa y reveladora de la historia y la cultura nahua, antes y después del encuentro con los españoles. En 2020, la Universidad de McGill le otorgó el Cundill History Prize al mejor libro de historia en inglés. Sin embargo, las reseñas publicadas en México no fueron tan favorables. Particularmente, citamos dos: Andrea Martínez Baracs, “Últimas noticias de la Conquista”, y David Carrasco, “Romantizando al escriba”. ¿Cuáles pueden ser las razones de las diferencias de opiniones? Definitivamente, este “magallánico” viaje reconstructivo del devenir de las nahuas, a través de varios siglos, se topó con los mismos problemas de la primera circunnavegación a la Tierra: se inició con un gran entusiasmo de descubrir nuevas rutas, con altas expectativas, y terminó con un éxito muy relativo. Para obtener el triunfo completo en su aventura escritural, la Dra. Townsend debió de haber navegado por ese vigoroso mar informativo sobre los nahuas en general y los mexicas en particular. Este mar de literatura parece tener una profundidad inagotable, y su extensión crece aceleradamente cada año. Se nota, con claridad, que la mejor carta de navegación manejada por la autora, la componen las crónicas indígenas en general y los mexicas en particular. Este mar de literatura parece tener una profundidad inagotable, y su extensión crece aceleradamente cada año. Se nota, con claridad, que la mejor carta de navegación manejada por la autora, la componen las crónicas indígenas coloniales del Centro de México, gracias a sus serios conocimientos de la lengua náhuatl.

Recomendamos a nuestros lectores las reseñas de los doctores Martínez Baracs y Carrasco. Se refieren a algunos asuntos que trata la doctora Townsend, como el alcance informativo e importancia de los autores nativos que escribieron sus crónicas en español o en náhuatl, los roles de género y el feminismo. Queda, a juicio del lector, juzgar lo verdaderamente novedoso o diferente que se anuncia en el título de la obra.

Y, precisamente sobre el título de las ediciones en inglés y en español, mencionaremos algunos comentarios. El título en inglés es Fifth Sun. A New History of the Aztecs, traducido como El Quinto Sol. Una historia diferente de los aztecas, lo que parece un signo de moderación de los editores mexicanos. La portada se adorna con un ejemplo de arte plumario de un cánido de color azul turquesa, que se ha nombrado como “el escudo de Ahuítzotl”. La iconografía del escudo incluye el importante glifo de atl-tlachinolli (agua-cosa quemada u hoguera), removido en la edición en inglés. Se utiliza el famoso mito nahua del Quinto Sol para anunciar la obra. Burt Cartwright Brundage ya había utilizado la misma leyenda en el título de su libro The Fifth Sun. Aztecs Gods. Aztec History. En la ilustración citada y la alusión a la última era que vivieron los mexicatenochcas, notamos la presencia de la omnipresente cosmovisión. Y es en esta área donde investigadores principalmente mexicanos, como el doctor Alfredo López Austin (1936-2021), han contribuido con serios trabajos que han abierto nuevas avenidas que, eventualmente, nos llevarán a un mayor y mejor entendimiento de la compleja religión de los nahuas, antes y después de la conquista hispana. Los esfuerzos de la doctora Townsend no estaban particularmente dirigidos a referirse a la cosmovisión, las deidades, los calendarios o algunos mitos importantes. Su inclusión hubiera aumentado aún más el número de páginas. Sus intereses principales se dirigieron a otros asuntos no menos importantes. Y volviendo sobre el título del libro, el término “azteca” ha sido utilizado ampliamente entre el público de habla inglesa principalmente. Tiene varios significados: un conjunto de tipos de cerámica, una etapa arqueológica, una lengua (náhuatl), un estilo artístico, un imperio, y un pueblo y sus vecinos que vivieron en el Centro de México durante el Posclásico Tardío (ca. 1325-1519). En la actualidad, investigadores mexicanos y extranjeros intentan dar definiciones más claras y precisas de este término. Parece que sólo debe de usarse para designar una etapa primigenia en la historia de este grupo que, como otros en Mesoamérica, cambió de nombre de acuerdo a las circunstancias de su devenir. De este fenómeno se deriva que los originales aztecas, residentes de un sitio lacustre con islas, conocido como Aztlan (¿lugar de la blancura o lugar de las garzas?), asociado a otros sitios originarios con Culhuacan y Chicomóztoc, hayan decidido cambiar su nombre por el de “mexitin”, los de Mexi. La asignación se deriva del “ombligo del maguey” (mexictli) o a uno de los nombres de Huitzilopochtli, su dios tutelar. Esto aconteció al inicio de su peregrinación, como se aprecia en varios códices. Más tarde, y como consecuencia de su asentamiento en las islas del lago de Tezcoco, cambian su identidad a mexica-tenochcas, asentados en la porción sureña, conocida como México-Tenochtitlan, y mexica- tlatelolcas, quienes ocuparon la parte isleña septentrional, fundando otro altépetl, sin dejar el patrocinio de Huitzilopochtli. A pesar de su importancia en las actividades comerciales a larga distancia, de Tlatelolco se registraron pocas referencias en el libro.

Finalmente, cuando la expansión tributaria mexica-tenochca alcanza su mayor extensión, cambian su nombre nuevamente a colhua- mexicas. La referencia a Colhuacan (lugar de los que tienen torcedura), se vinculó a los ancestros, los progenitores, los abuelos, término que también dio nombre a un señorío lacustre de raíces toltecas, origen de Acamapichtli, primer tlatoani tenochca. Este cambio de denominaciones y su análisis, hubiera podido ser muy útil para dar una organización más precisa a esta sección de la obra.

Imagen: Portada de El Quinto Sol. Una historia diferente de los aztecas, obra de Camilla Townsend. Foto: Archivo de Xavier Noguez. Anales de Tula. Foto: BNAH.

 

Xavier Noguez. Licenciado y maestro en historia por la UNAM. Doctor en estudios latinoamericanos por la Universidad de Tulane. Profesor-investigador de El Colegio Mexiquense. Sus áreas de investigación son los códices del Centro de México y los orígenes de la tradición guadalupana. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Noguez, Xavier, “Otra vez El Quinto Sol”, Arqueología Mexicana, núm. 173, pp. 9-11.