¿Qué tan antiguas son las piedras en el Museo de la Casa del Mendrugo en Puebla?
Copias, simulacros y falsificaciones
Como arqueólogo, ha sido común cruzar camino con personas apasionadas por las culturas prehispánicas de México, incluyendo asiduos coleccionistas, quienes generalmente piden mi opinión acerca de los objetos en su posesión.
En ocasiones resulta que lo que ellos pensaban eran piezas de gran antigüedad, son en realidad manufacturas recientes. Cuando mi apreciación hiere sus sentimientos (y sus bolsillos), la reacción más inmediata es preguntarme ¿con base en qué se funda mi dictamen?
La respuesta inicial a esa importante pregunta epistemológica es el hecho de que he visto muchos objetos antiguos, y al ver una pieza en alguna colección, mi mente la compara con muchos de los datos que mis neuronas han acumulado y que puedo aún recobrar en mi memoria. Pero recaer en el método comparativo no es suficiente.
La respuesta tiene que ser más elaborada, pues resulta que, en la época prehispánica, los artistas también emularon estilos más antiguos. Para ello es importante deslindar dos tipos de copias: aquellas que son réplicas (análogo al procedimiento de reproducción facsimilar, o al proceso biológico de clonación), y aquellas que simulan, es decir, que tienen rasgos del modelo original sin apegarse con exactitud a éste.
Desconocemos ejemplos de copias exactas de objetos antiguos en el mundo prehispánico, pero sí hay muchos ejemplos de emulación en los que los artistas se apropiaban selectivamente de ciertos rasgos y los adecuaban a las convenciones existentes. Como ejemplo, podemos citar el caso de la emulación mexica en una escultura con alusiones acuáticas y telúricas que copia el formato de esculturas teotihuacanas con personificaciones del Dios Viejo del Fuego. Por otro lado, el fenómeno de hacer réplicas es más bien una práctica que surge con el coleccionismo y el consumismo del siglo XIX en la cultura occidental. Por ejemplo, la tienda del Museo Nacional de Antropología vende multitud de copias casi idénticas de objetos antiguos.
Imagen: Emulación mexica de formas teotihuacanas. Izquierda: Personificación del Dios Viejo del Fuego, Teotihuacan, siglo VI. Derecha: Personificación del dios Tláloc, Tenochtitlan, siglo XVI. Fotos: Javier Urcid.
Javier Urcid. Doctor en antropología por la Universidad de Yale. Profesor en el Departamento de Antropología de la Universidad de Brandeis, Boston, Massachussetts.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Urcid, Javier, “¿Qué tan antiguas son las piedras en el Museo de la Casa del Mendrugo en Puebla?”, Arqueología Mexicana, núm. 177, pp. 54-59.