Remodelación de un Palacio

Leonardo López Luján

Coincidimos, por el contrario, con Daniel Schávelzon en que el revival no puede ser tan antiguo, que data en realidad de principios del siglo XIX y que debe atribuirse al ya mencionado arquitecto neoclásico Luis de Martín Alonso. Él habría sido el artífice de la remodelación de la fachada tres décadas antes que la aguda observación de Mühlenpfordt.

Coincidimos, por el contrario, con Daniel Schávelzon en que el revival no puede ser tan antiguo, que data en realidad de principios del siglo XIX y que debe atribuirse al ya mencionado arquitecto neoclásico Luis de Martín Alonso. Él habría sido el artífice de la remodelación de la fachada tres décadas antes que la aguda observación de Mühlenpfordt.

Encaramado en la ruina

Según su biógrafo Heinrich Berlin, De Martín fue un artista dotado, a quien apreciaban sus colegas por la calidad de su trabajo como dibujante. Ingresó a San Carlos en 1786, a la edad de 14 años. En el primer lustro, tuvo un recorrido brillante: ganó premios en geometría y arquitectura, se convirtió en pensionario y fue nombrado académico de mérito. No obstante, pronto enfrentó serios problemas en la Academia y, peor aún, en la Santa Inquisición por ser “charlatán”, “muy apasionado a los franceses”, “amigo de leer libros de novedades y de preciarse de instruido y estadista”, “excederse en la bebida y hablar sin tino” y poseer muchas estampas “indecentes” de mujeres desnudas (entre ellas la de ¡Las tres Gracias!). A pesar de su comportamiento insufrible para este ambiente mojigato, De Martín obtuvo en su juventud importantes encomiendas profesionales, entre ellas las de la aduana de Guadalajara, la lotería de México, una iglesia en Tlalpan, un puente en Ixmiquilpan y una capilla en Oaxtepec. Trabajó con Miguel Costanzó y fue ampliamente recomendado por Ximeno y Planes, Tolsá y el arquitecto español José Antonio González Velázquez para restaurar la Catedral de Guatemala, lo que nunca se concretó.

Las mejores pistas sobre la intervención de la fachada de la Casa Episcopal de Oaxaca las encontramos en la obra de Humboldt. Durante su estancia en la Nueva España, el prusiano hizo varias excursiones geológicas acompañado por De Martín, trabando con él una relación de amistad. En su Essai politique… no dudó en definirlo como “un arquitecto mexicano muy distinguido” y “tan buen mineralogista como hábil ingeniero, realizó un mapa a partir de las operaciones geodésicas hechas en distintas épocas entre la ciudad de México y el pueblo de Huehuetoca”. Como es bien sabido, en sus Vues des cordillères Humboldt incluyó dos dibujos de las ruinas de Mitla elaborados con una precisión nunca vista (y que fueron ignorados por Jiménez y González): uno es la planta del Palacio de las Columnas con el corte de uno de sus apoyos monolíticos; el otro es el muy estético alzado de tres secciones de una de sus fachadas laterales. En la cornisa superior vemos, por cierto, a un curioso personaje a gatas, asiendo una plomada y vestido a la usanza de los científicos que acompañaron a Napoleón en su expedición a Egipto, por lo que inferimos que habría sido agregado a la imagen con posterioridad por Cloquet, el grabador parisino de la estampa (además, no puede ser De Martín pues sabemos que era “chico de cuerpo, regordete”). Humboldt nos aclara que los dibujos originales fueron levantados “con mucha exactitud” en 1802 y 1803 por el mismísimo De Martín, asistido por el teniente coronel Pedro Laguna, autor éste de una carta geográfica de la provincia de Oaxaca y descubridor en Mitla de unas “pinturas curiosas que representan trofeos de guerra y sacrificios”. De Martín le turnó copias de estos dibujos a Humboldt, según se consigna en las Vues des cordillères…, pero también lo hizo al marqués de Branciforte y, al parecer, al oidor sevillano Ciriaco González Carvajal, quien llevó imágenes del sitio zapoteca en su viaje de regreso a España en 1809.

Imágenes: Detalle del alzado del Palacio de las Columnas, Mitla,  donde se observa a un individuo sujetando una plomada. Viste el mismo atuendo que los sabios de la expedición napoleónica a Egipto (1798-1801), identificables por su sombrero de copa y su traje verde (derecha). Coloso del palacio de Tebas, Déscription de l’Egypte, vol. 3, lám. 48.

 

Leonardo López Luján. Doctor en arqueología por la Universidad de París Nanterre y director del Proyecto Templo Mayor del INAH. Miembro de El Colegio Nacional.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

López Luján, Leonardo, “Ocaso del periodo colonial. Arquitectura neozapoteca (1802-1803)”, Arqueología Mexicana, Edición especial, núm. 99, pp. 78-85.