Siete décadas de investigación

Jaime J. Awe, Julie A. Hoggarth, Claire E. Ebert

La arqueología del valle de Belice. Siete décadas de progreso

En la arqueología maya, el Valle de Río Belice es mejor conocido como el lugar donde, en la década de 1950, Gordon Willey y sus colegas emprendieron su estudio pionero sobre los antiguos patrones de asentamiento mayas. Previo a la crucial investigación de Willey, pocos arqueólogos en las tierras bajas mayas habían prestado mucha atención a los restos de casas, y habían encaminado sus investigaciones a establecer secuencias de ocupación en centros ceremoniales de la elite. El recorrido sistemático hecho por el equipo de Willey colocó a los estudios de patrones de asentamiento a la vanguardia de la arqueología maya, transformando los paradigmas de investigación para que abarcaran las unidades domésticas como las unidades sociales y económicas básicas dentro de la antigua sociedad maya.

Casi siete décadas después, el occidente de Belice está a la cabeza de la investigación sobre asentamientos; ahí se llevó a cabo la primera aplicación de reconocimiento de superficie

mediante LIDAR (siglas en inglés de “light detection and ranging”, que en español se traduce como “detección por luz y distancia”) en Caracol, y luego en los valles y tributarios del río Belice. A diferencia de la cobertura geográfica limitada del recorrido de Willey, los nuevos datos de lidar permiten la cobertura completa de un área de más de 1 000 km cuadrados.

Traducción: Gabriela Uruñuela Ladrón de Guevara

Jaime J. Awe (Northern Arizona University y Belize Institute of Archaeology), Julie Hoggarth (Baylor University) y Claire Ebert (University of Pittsburgh). Son codirectores del Belize Valley Archaeological Reconnaissance Project, que actualmente está en su año 32 de investigaciones en el occidente de Belice. Su estudio se enfoca en el surgimiento y caída de la complejidad cultural, los paisajes políticos dinámicos y la interacción humano-ambiental.

Awe, Jaime J., “La arqueología del valle de Belice. Siete décadas de progreso”, Arqueología Mexicana, núm. 165, pp. 35-39.