Como resultado de los procesos migratorios que se dieron desde la Cuenca de México hacia lo que hoy es la región de la Montaña guerrerense –siglos XIII-XV–, grupos nahuas se asentaron en la región y crearon los enclaves poblacionales actuales y la zona ritual de tzoalli. Llevaron consigo sus creencias, tradiciones y costumbres; en síntesis, su cultura. Y dentro de este bagaje cultural se encuentran varias pautas que representan continuidades desde el pasado prehispánico: los paquetes sagrados y los tamales tzoalli, entre otros. Estos tamales, elaborados con amaranto y maíz tostado, adquieren un carácter sagrado pues forman parte de la parafernalia religiosa y ritual, por lo que resulta importante conocer los eventos en que actualmente se les encuentra, las formas en que se les elabora y su simbolismo.
Los tamales tzoalli cumplieron en el pasado una función ritual y simbólica, ya que la masa de tzoalli permitió la elaboración de ixiptla, figuras o esculturas de las deidades, objeto de culto. Ixiptla era elaborada con amaranto, de ahí que esta planta tuvo un carácter sagrado –además de sus grandes propiedades alimenticias–, pues era el soporte material con el cual se elaboraba la representación de la deidad.
Tomado de Samuel L. Villela F., “El huauhtli sagrado. Los tamales tzoalli entre los nahuas de Guerrero”, Arqueología Mexicana, núm. 138, pp. 46-53