Tetitla y Atetelco alineados a las Pléyades

Jesús Galindo Trejo

La pintura mural como evidencia de la observación minuciosa del cielo en Mesoamérica

Como inicio del análisis arqueoastronómico se determinó la orientación de cada edificio que tiene pintura mural, para ello se midió en cada uno la dirección de su eje de simetría respecto al norte del cielo y se obtuvo la altura del horizonte hacia el poniente.

En los casos de Tetitla y Atetelco se tuvo un horizonte formado por los cerros circundantes, y para el Conjunto de los Jaguares, cuyo horizonte fue seguramente arquitectónico, se utilizó una reconstrucción de la altura del edificio de enfrente al de la pintura, suponiendo un conjunto simétrico en dimensiones. Por otra parte, sabiendo que la conformación del cielo cambia con el tiempo, se consideró una época alrededor de 400 d.C., cuando Teotihuacan se encontraba probablemente en su esplendor.

Una vez evaluados los datos anteriores, mediante algoritmos astronómicos se obtuvo que los pórticos en Tetitla y Atetelco se encontraban justamente alineados a las Pléyades en su ocaso. En contraste, el pórtico del Conjunto de los Jaguares señalaba la puesta solar en el solsticio de verano.

La alineación de estos tres pórticos pintados hacia la puesta de las Pléyades y del Sol solsticial nos muestra que los sacerdote-astrónomos de esa gran urbe vinculaban a los felinos tanto con un importante cúmulo estelar, muy atractivo a la vista, como con el objeto más brillante del cielo en un momento fundamental en su trayecto anual.

Además, lo anterior sugiere que los conceptos vigentes sobre los felinos en el Posclásico muy probablemente ya se empleaban en Teotihuacan. Recuérdese que la traza urbana de Teotihuacan sigue una orientación por 15º.50 girada respecto a los puntos cardinales, lo que ocasiona que la Pirámide del Sol se alinee al ocaso del Sol los días 29 de abril y 13 de agosto.

Ambas fechas difieren del día solsticial por 52 días y para completarse todo el ciclo anual se requieren 260 días más. Aquí estamos frente a la exaltación de la sacralidad del calendario por medio de la arquitectura. El pivote para realizar estas cuentas de días es justo el solsticio de verano, que es la fecha señalada en el mural del Conjunto de los Jaguares.

Imagen: Pórtico de Teotihuacan con pintura de felinos. Un sacerdote-astrónomo observa al Sol y a las Pléyades. Dibujo: Francisco Villaseñor Bello.

Jesús Galindo Trejo. Licenciado en física y matemáticas por el IPN. Doctor en astrofísica por la Universidad del Ruhr Bochum, Alemania. Investigador en el Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM. Miembro del SNI. Participa en el proyecto “La pintura mural prehispánica en México” desde 1990.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Galindo Trejo, Jesús, “La pintura mural como evidencia de la observación minuciosa del cielo en Mesoamérica”, Arqueología Mexicana, núm. 177, pp. 66-71.