Tezcatlipoca, deidad del pulque

Diego Matadamas et al.

La escultura del dios del pulque del antiguo Palacio del Arzobispado de la Ciudad de México

El pulque era obtenido mediante la fermentación de la dulce savia del maguey. Debido a la embriaguez que ocasionaba, se convirtió en la principal bebida alcohólica en Mesoamérica, y a su alrededor se conformó un complejo culto religioso. Su creación fue atribuida a personajes míticos: los más importantes eran la pareja formada por Mayáhuel, diosa del maguey, y Patécatl, descubridor de las raíces conocidas como ocpatli, “medicina del pulque”, las cuales se utilizaban para incrementar las propiedades embriagantes de la bebida. Sin embargo, eran numerosos los dioses menores que representaban al pulque, 400 según la mitología. Cada uno encarnaba una de las múltiples formas en que los efectos del alcohol se manifestaba en las personas, pues había quienes cantaban, alardeaban, saltaban, dormían, reñían o lloraban. La estrecha relación que existe entre los periodos de producción del aguamiel y las fases lunares motivaron a que la Luna se convirtiera en su regente, por lo cual fueron investidos con el símbolo por excelencia del astro: la yacametztli. Además, el conejo, que habita en la Luna, se convirtió en su nahual y le dio al grupo el nombre de centzontotochtin, “cuatrocientos conejos”. Su signo calendárico era ome tochtli, “2 conejo”.

Existe una importante relación entre el “señor del espejo humeante” y los númenes de la bebida alcohólica, la cual se expresa en los mitos nahuas. Uno de los más importantes cuenta que Tezcatlipoca emborrachó a Quetzalcóatl con la intención de expulsarlo de Tollan y con ello dar fin al Cuarto Sol. Por otro lado, en la Relación de Meztitlán se narra que el dios supremo sacrificó a Ometochtli, deidad principal del pulque, para evitar que la bebida fuese dañina a los hombres. Aunado a esto, Tezcatlipoca disfrazado como anciano ebrio se mostró ante los sacerdotes de Motecuhzoma, les recriminó los excesos cometidos por el pueblo mexica y, anunciando su partida, adelantó la total destrucción de Tenochtitlan.

 

Diego Matadamas. Arqueólogo por la ENAH. Miembro del Proyecto Templo Mayor.

Mirsa Islas Orozco. Arqueóloga por la ENAH. Miembro del Proyecto Templo Mayor.

Martha Soto Velázquez. Restauradora por la ENCRyM. Labora en el Museo Nacional de las Intervenciones.

Matadamas, Diego, Mirsa Islas Orozco, Martha Soto Velázquez, “La escultura del dios del pulque del Antiguo Palacio del Arzobispado de la Ciudad de México”, Arqueología Mexicana, núm. 137, pp. 76-80.

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