Un complejo simbólico de diosas madre

Antonio Marín Calvo

El tzotzopaztli en las  ofrendas del Templo  Mayor de Tenochtitlan. Una aproximación simbólica

La producción textil  y sus nexos divinos

Hilar y tejer dentro de la concepción nahua no eran actividades que se efectuaban solamente en vida, sino que al parecer también se cumplían después de la muerte, o por lo menos así lo refiere Sahagún cuando habla de las mujeres que morían en parto; señala que ellas por las noches “…descendían acá a la tierra, y buscaban sus husos para hilar, y lanzaderas para texer, y petaquillas y todas las otras alhajas que son para texer y labrar”.

Lo anterior concuerda con algunas descripciones donde se señala que a las  mujeres que fallecían les eran colocadas a manera de ajuar los instrumentos que usaron en vida para urdir. Esta misma concepción pareciera tener continuidad en algunas comunidades indígenas actuales del estado de Oaxaca, ya que cuando una mujer fallece se le sepulta con sus herramientas para tejer.

En la cosmovisión mexica, las mujeres que perecieron dando a luz residían en un lugar que evocaba la feminidad: el Cihuatlampa, región que compartían junto con Cihuacóatl, quien era a su vez la diosa patrona. Estas mujeres adquirían una categoría similar a la de los guerreros muertos en batalla, por lo que ambos conformaban los séquitos que acompañaban al astro solar durante su trayecto diario.

Los primeros que escoltaban al Sol eran los hombres, desde el oriente hasta el cenit, mientras que las mujeres conducían al Sol del cenit al poniente, donde culminaba su ciclo, para posteriormente reiniciarlo en su punto de origen al día siguiente.

En los códices nahuas es común encontrar a deidades femeninas usando instrumentos empleados en el hilado y el tejido, como un tocado con husillos insertados y fibras sin hilar, además de blandir el tzotzopaztli. Entre estas deidades destacan Cihuacóatl, Xochiquétzal, Tlazoltéotl, Chalchiuhtlicue e Itzpapálotl. Es importante notar que todas ellas formaban parte de un complejo simbólico en el que se les tenía por diosas madre, con fuertes connotaciones asociadas a la tierra-fertilidad y a la guerra.

Imagen: Diosas blandiendo el tzotzopaztli. a) Cihuacóatl. Códice Magliabecchi, f. 45r. b) Chalchiuhtlicue. Códice Telleriano-Remensis, f. 11v. Fotos: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

Antonio Marín Calvo. Pasante de licenciatura  en arqueología (ENAH) y miembro  del Proyecto Templo Mayor desde 2015.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Marín Calvo, Antonio, “El tzotzopaztli en las  ofrendas del Templo  Mayor de Tenochtitlan. Una aproximación simbólica”, Arqueología Mexicana, núm. 179, pp. 70-77.