Los zapotecos habitaron fundamentalmente en los Valles Centrales y las sierras circundantes, aunque también se extendieron a otras regiones. Se caracterizaron sobre todo por ser uno de los pueblos que iniciaron la escritura en Mesoamérica, por desarrollar una arquitectura particular –principalmente la funeraria–, y por elaborar urnas especiales, que representan a dioses y que se colocaban como guardianes en las tumbas.
Este pectoral es una de las piezas más notables entre la gran cantidad de objetos que proceden de Monte Albán. Las exploraciones en el sitio han permitido rescatar muchas representaciones y objetos que dan cuenta de la importancia que tenían los animales en la cosmovisión y la vida ritual de los habitantes de la antigua capital zapoteca.
Conoce más en el texto de Enrique Vela, “Sala Oaxaca”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 123, pp. 47-53.