Silvia Garza Tarazona, Beatriz Palavicini Beltrán
Las autoras postulan la posibilidad de que en Xochicalco se originara la imagen de Quetzalcóatl humanizado en el Altiplano Central.
La ciudad de Xochicalco, Morelos, fue fundada alrededor del año 700 d.C. y durante 200 años fue la población más importante, y quizá la más poderosa, en el Altiplano Central. Desconocemos la filiación étnica de quienes la construyeron y habitaron, pero con seguridad sabemos que fueron herederos de los conocimientos más avanzados de la época, lo cual quedó plasmado en su ciudad. Así como su conocimiento tecnológico se refleja en la creación de complejos espacios arquitectónicos, sus concepciones filosóficas encontraron expresión en diversas escenas rodeadas de significativos textos.
Al igual que en Teotihuacan, en Xochicalco el culto religioso se centró en dos deidades fundamentales: Tláloc y la Serpiente Emplumada, base de un sistema conceptual de opuestos complementarios, un dualismo cosmológico con una serie de parejas de contrarios asociados (Dittmer, 1960). Sus imágenes ocuparon lugares privilegiados dentro de la ciudad y su culto fue importante en la vida de sus habitantes. Dentro de la ciudad de Xochicalco, Tláloc, deidad de los mantenimientos, del agua de las cavernas, de la vegetación y ele los animales, tuvo su espacio sagrado en el templo de la Gran Pirámide, situado en la Plaza de la Estela de los Dos Glifos.
A dicha explanada tenía acceso cualquier visitante de la ciudad. En esta plaza se hallaron numerosos objetos de culto, elaborados en arcilla, en piedras verdes o en obsidiana, en los cuales aparece el característico rostro de Tláloc (Palavicini y Garza, en prensa).
La Serpiente Emplumada
Por otra parte, la Serpiente Emplumada se relaciona con fenómenos atmosféricos como las fuertes lluvias que bajan del cielo a fertilizar la tierra; este ser mitológico conjunta al reptil terrestre con el ave celeste. En Xochicalco, el culto a este ser fantástico puede considerarse parte de la herencia teotihuacana y se limitó a los espacios reservados a la elite. Sus representaciones más sobresalientes se encuentran en edificios de la Plaza Principal, por ejemplo en el templo conmemorativo de las Serpientes Emplumadas, en donde está representado el gran señor de Xochicalco, los sabios sacerdotes de Tláloc (en el talud y el tablero del basamento) y los guerreros (en los muros del templo).
La serpiente emplumada del Edificio A de Cacaxtla, Tiaxcala, es contemporánea de esta representación (Foncerrada, 1993). En esta pintura se observa, bajo los pies del personaje, una serpiente que presenta características muy semejantes a las serpientes emplumadas de Xochicalco.
En el transcurso de la historia de Xochicalco, la Plaza Principal experimentó una serie de modificaciones. Sobresale, por su importancia, la construcción de una pirámide gemela al norte de la de las Serpientes Emplumadas. Probablemente asociado a este cambio, se encuentran las primeras representaciones de personajes que surgen de las fauces de serpientes emplumadas, los cuales suelen identificarse con Quetzalcóatl.
Silvia Garza Terazona. Maestra en antropología con especialidad en arqueología , por la ENAH. Investigadora del Centro INAH Morelos, desde 1984.
Beatriz Palavicini Beltrán. Arqueóloga por la ENAH. Cursa la maestría en estudios mesoamericanos. Investigadora del Proyecto Xochicalco.
Garza Tarazona, Silvia, Beatriz Palavicini Beltrán, “Xochicalco. La serpiente emplumada y Quetzalcóatl”, Arqueología Mexicana núm. 53, pp. 42-45.
Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar:
http://raices.com.mx/tienda/revistas-la-serpiente-emplumada-AM053