Sofía Martínez del Campo Lanz
La máscara funeraria de mosaico de jade de K’inich Ja-naab’ Pakal y otros elementos de su ajuar han sido restaurados en el marco del “Proyecto Máscaras Funerarias”, utilizando un proceso metodológico que ha resultado fundamental para la recuperación de las cualidades fisonómicas, estéticas y simbólicas de esos objetos y ha contribuido a la interpretación del conjunto funerario.
Entre las expresiones plásticas de las culturas mesoamericanas, el arte maya del Clásico se caracteriza por un talante narrativo de gran naturalismo y profundo significado. Un gran número de representaciones que aún se conservan se refieren a eventos políticos y ceremoniales en los cuales los dignatarios retratados y su ámbito son regidos por seres sobrenaturales que acompañan sus acciones.
Un momento excepcional de aquel periodo se observa en el relieve de la lápida del sarcófago de K’inich Janaab’ Pakal, de Palenque, Chiapas, que ilustra la naturaleza omnipresente del soberano y los acontecimientos que tienen lugar a su muerte en un presente y un futuro simultáneos y en los tres niveles del cosmos, concebidos por los pueblos mesoamericanos como una estructura tridimensional constituida por el mundo celeste o superior, el mundo terrestre o intermedio y el mundo subterráneo o inframundo. Esta concepción aparece ya en ejemplos tempranos que influyeron en el arte maya, como es el caso de la Estela 1 de Izapa, Chiapas, donde es posible identificar el cielo como residencia de las deidades, el mundo intermedio habitado por las criaturas y el inframundo como lugar subacuático donde acontece la muerte.
El contexto simbólico que rodea la imagen de Janaab’ Pakal en la base del árbol del mundo permite visualizar las acciones que están por suceder. El soberano se encuentra suspendido entre los tres niveles, en el centro del universo y, en concordancia con la concepción maya del recorrido que su entidad anímica debe efectuar tras abandonar el cuerpo físico, está por descender al inframundo, donde deberá derrotar a los señores de la muerte para renacer como dios del maíz y ascender hasta el plano divino. La deidad celeste, Itzamnaah; la de la sacralidad, dios C; y las deidades del linaje divino, K’awiil y Hu’unal, impelen y atestiguan el inminente proceso de transformación de Janaab’ Pakal al trascender los diferentes planos a través del árbol del mundo.
Dentro del sarcófago, el soberano está acompañado por objetos de jade que lo confirman como dios del maíz y árbol del mundo. En la actualidad, esos objetos se encuentran en el Museo Nacional de Antropología.
Durante la última década, la máscara funeraria de mosaico de jade de K’inich Janaab’ Pakal, la banda frontal de discos de jade, los dos mosaicos de jade del cinturón ceremonial, el collar, el pectoral y los brazaletes han sido restaurados en el marco del “Proyecto Máscaras Funerarias”, utilizando un proceso metodológico que ha resultado fundamental para la recuperación de las cualidades fisonómicas, estéticas y simbólicas de esos objetos y ha contribuido a la interpretación del conjunto funerario concebido hace más de 1 300 años. La restauración de la máscara de Pakal fue realizada por la autora de este artículo; Laura Filloy contribuyó en el apoyo académico, y Frida Montes de Oca, Eugenia Gumí y Manuel Arellano en el manejo de materiales sintéticos.
Martínez del Campo Lanz, Sofía, “K’inich Janaab’ Pakal, dios del maíz y árbol del mundo”, Arqueología Mexicana núm. 102, pp. 24-29.
• Sofía Martínez del Campo Lanz. Licenciada en restauración de bienes muebles por la ENCRYM, INAH. Se ha especializado en la restauración de ajuares y máscaras funerarias de jade y concha. Coordinadora del “Proyecto Máscaras Funerarias”, Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones, INAH.