Desde el inicio de su gobierno, el k’ujul ajaw del reino de Talol, Ukit Kan Lek Tok’, se convirtió en kalo’mte’, el más alto título que podría ostentar, y logró imprimir un sello de riqueza y prosperidad sin igual en la capital del reino de Talol, Ek’ Balam.
El Mural de los 96 Glifos se encuentra en la subestructura del cuarto 29, en el tercer nivel de la Acrópolis de Ek’ Balam. Fue localizado en febrero de 2000, durante los trabajos del “Proyecto de investigación y conservación arquitectónica en Ek’ Balam”, del Centro INAH Yucatán. Este mural es una de las más sorprendentes muestras de pintura mural del sitio, cuya importancia reside no sólo en su calidad artística sino en la información que contiene.
Una de las partes más sobresalientes del texto del mural es la expresión i patlaj Talol ajaw, “entonces se hizo el rey de Talol”, referencia a un evento que se realizó en presencia de un personaje llamado Chak Jutuuw Chan Ek’, al que se refieren como huli, “el que llega” a Ek’ Balam, y que tiene los más altos títulos que podría ostentar un gobernante maya del Clásico: k’uhul ajaw, “rey sagrado”; xaman kalo’mte’, “kalo’mte’ del norte”, y b’aah kab’, “príncipe de la tierra”. El acontecimiento registrado en el mural puede ser considerado la fundación, ¿o la refundación?, del reino de Talol y tuvo lugar el 26 de mayo de 770 d.C. En este mismo mural, la expresión ub’aah tz’am (“la cabeza/primer trono de”?) parece definir la relación entre el sitio de Ek’ Balam y Chak Jutuuw Chan Ek’, que no está completamente clara debido al estado de conservación del mural; es posible que la ascensión al trono de Ukit Kan Lek Tok’ se haya realizado bajo la supervisión de ese gobernante –cuyo reino hasta ahora no está localizado, aunque se conoce su glifo emblema–, lo que significaría que el reino de Ek’ Balam estaba bajo su tutela política (Lacadena, 2003).
Hasta ahora no se ha recuperado ningún texto ni registro de algún tipo que indique quién regía los destinos de Ek’ Balam antes de 770 d.C., pero considerando este dato del mural, es posible que fuera el kalo’mte’ del norte.
El reinado de Ukit Kan Lek Tok’
Para el Clásico Tardío, tiempos cruciales en la historia del reino de Talol, la región mostraba una unidad que se manifestaba en la presencia de la cerámica Cehpech Oriental en lugares como Cobá, Xelha’, El Meco y San Gervasio, Cozumel, localizados en el actual estado de Quintana Roo; mientras tanto, en la región centro-oriente del ahora estado de Yucatán, los sitios de Ek’ Balam, Kulubá y Xuenkal, entre muchos otros, también se vieron inmersos en la misma esfera cerámica (Barrera y Peraza, 2006, p. 409).
A partir de 770 d.C. el reino de Talol, con el ascenso al trono de un gobernante ambicioso y dinámico como Ukit Kan Lek Tok’, inicia un periodo de florecimiento que se distingue por el auge constructivo y decorativo en la capital del reino, Ek’ Balam, y principalmente en la Acrópolis, el palacio real, donde todo reflejaba la riqueza y poderío que se fue acrecentando a lo largo de los más de 30 años bajo la guía y protección del gobernante. Éste atrajo a la corte a especialistas para que se encargaran de la arquitectura y de diversas obras, como esculturas y pinturas que embellecerían su palacio y otros edificios del recinto amurallado de Ek’ Balam; además, había artesanos que se dedicaban a la elaboración de vasijas y toda clase de objetos de lujo para el disfrute del rey y los miembros de su corte. De esta manera, con una intensa actividad creativa favorecida por Ukit Kan Lek a lo largo de su largo reinado, esos especialistas perfeccionaron sus técnicas y crearon escuelas, como la de los pintores-escribas, e incluso difundieron en sitios vecinos sus conocimientos acerca de la utilización de los materiales, y fueron responsables de algunos de los rasgos de la escritura de la región central norte de Yucatán en el Clásico Terminal (Lacadena, 2005, p. 69).
Las características de la cerámica de Ek’ Balam son otro aspecto que indica su predominio en la región. Las investigaciones han permitido establecer una esfera cerámica a la que se ha llamado Talol. La cerámica pizarra que se ha encontrado en Ek’ Balam muestra significativas diferencias con la del resto del norte de Yucatán, tanto en el color de base como en las formas y tamaño de las vasijas, lo que indica una producción de manufactura local, que es una variante regional de la esfera Cehpech (Vargas et al . 2004). Podemos decir que la gran profusión de grupos cerámicos, que tradicionalmente se pensaba eran originarios del noroeste y suroeste del norte de la península, es un estilo propio de Ek’ Balam (Vargas y Castillo 2006, pp. 204-205).
Lo mismo pudo haber ocurrido con otros materiales culturales, por ejemplo con el material malacológico, de gran calidad y que se encuentra en gran cantidad en el sitio. En la investigación en marcha se han podido detectar rasgos muy especiales y detalles insólitos, como que las piezas estaban cubiertas con estuco pintado; la información que se ha obtenido hace pensar que es posible que existiera una escuela como la de los pintores-escribas.
• Leticia Vargas de la Peña. Investigadora del Centro INAH Yucatán y directora del “Proyecto arqueológico Ek’ Balam” desde 1994. Se especializa en iconografía de la pintura mural y los elementos decorativos de estuco modelado, así como en el material malacológico. Encargada de la malacoteca del Centro INAH Yucatán.
• Víctor Rogerio Castillo Borges. Investigador del Centro INAH Yucatán. Participó en el “Proyecto arqueológico Ek’ Balam” desde 1996 y es codirector del mismo a partir de 2004; se ha dedicado al estudio de la escultura de estuco modelado. Ha realizado trabajos de prospección, rescate y salvamento arqueológico en el área centro oriente de Yucatán.
Vargas de la Peña, Leticia, Víctor Rogerio Castillo Borges, “Ek’ Balam y el reino de Talol. Origen y legado”, Arqueología Mexicana núm. 145, pp. 38-44.
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