El Templo de la Reina Roja, Palenque, Chiapas

Arnoldo González Cruz

El Templo de la Reina Roja puede considerarse hoy como uno de los grandes descubrimientos realizados en Palenque en los últimos años. Las tres etapas constructivas mediante las cuales los mayas edificaron el templo, a un costado del Templo de las Inscripciones, fueron parcialmente establecidas a través de exploraciones. Durante las excavaciones, se encontró una de las tumbas más ricas hasta entonces descubiertas, después de la tumba del Templo de las Inscripciones.

Conocida como de la Reina Roja, por la cantidad de cinabrio que cubría su interior, la tumba consistía en una habitación abovedada en donde casi toda el área estaba ocupada por un sarcófago de forma rectangular, pintado en rojo y tallado en una sola pieza. Sobre él descansaba una losa monolítica de piedra caliza desprovista de decoración. Al sur se observa la puerta principal y los cinco escalones que dan acceso al recinto. Al oriente del sarcófago, los mayas colocaron a un individuo adulto del sexo femenino de entre 35 y 40 años de edad y de 1.58 cm de estatura, lo cual hicieron también en el lado poniente, donde se encontró a otro personaje, esta vez del sexo masculino y de entre 7 y 12 años de edad.

Al remover la losa monolítica que cubría el sarcófago, se descubrió en el fondo, con la cabeza orientada hacia el norte, el esqueleto de un individuo del sexo femenino, de entre 35 y 40 años de edad y 1.65 m de estatura, con una colección de jades, perlas, navajillas de obsidiana, agujas de hueso y conchas que cubrían y rodeaban al esqueleto. Unas 1 250 piezas de jade unidas para formar una máscara, collares, orejeras, tocados, pulseras y tobilleras adornaban el cuerpo.

Por sus características, la tumba de la Reina Roja presenta similitudes y diferencias con la del Templo de las Inscripciones. Un hecho importante que debemos subrayar es que los edificios son contiguos y forman parte de la Gran Plaza de la ciudad. En los dos edificios hay escaleras interiores que conducen a la tumba y ambos contienen un sarcófago monolítico con tapa dentro de una cámara: casos únicos en el Área Maya. En los dos hallazgos, los personajes iban acompañados en su viaje al inframundo de individuos sacrificados.

Asimismo, ambos portaban máscaras mortuorias de jade, diademas, discos lisos y en forma de flores, conchas, perlas y tres hachuelas planas y delgadas pertenecientes al cinturón ceremonial; finalmente, el interior de los dos sarcófagos estaba pintado de rojo con polvo de cinabrio.

 

Amoldo González Cruz. Arqueólogo. Investigador del Centro INAH Chiapas.

 

González Cruz, Amoldo, “El Templo de la Reina Roja, Palenque, Chiapas”, Arqueología Mexicana núm. 30, pp. 61.

 

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