El museo del inframundo
Estos elementos generales, propios del diseño del territorio del tiempo de Toniná y su secuencia arqueológica, fueron los que determinaron el diseño del museo y la distribución de los objetos arqueológicos para su exhibición. El entorno del museo se dispuso siguiendo el mito maya del origen de los tres niveles existenciales. Según este mito, de una gran charca surgieron cuatro montañas que formaron la gran plaza cuadrada de la superficie de la Tierra, en cuyas esquinas nacieron del inframundo cuatro ceibas que sostuvieron el cielo.
A la entrada del museo se encuentra una fuente con el emblema de la dualidad, la greca en espiral escalonada, la cual está frente a una estela. En ésta se festeja en caracteres mayas el año 2000, año de la inauguración del museo que coincide con la fecha maya 12.19.7.0.0. De esta manera se celebra también el principio de la última trecena de años que componen la era maya llamada cuenta larga o de la lucha de katunes, la cual se inició en 3114 a.C. y culminará en 2013 d.C.
Las salas del museo de Toniná figuran el interior de los basamentos piramidales, para simular que el visitante se encuentra dentro de ellos, en el inframundo, lugar por donde pasan las luces del cielo para reunirse con los ancestros.
En la primera de las dos salas que conforman el museo se muestra el porqué de la forma de la estructura piramidal de Toniná, la cual estaba llena de tronos y estelas que daban cuenta del paso de los dioses del tiempo. En una inscripción se hace referencia a la fecha del origen maya, el día 4 ahau 8 kumkú, y otra tiene la última fecha registrada en las Tierras Altas mayas, el año de 909 d.C. Los discos escultóricos muestran la insistencia en festejar los finales de katunes, los cuales siempre ocurren en un día ahau.
Asimismo, en el museo se ilustra la dicotomía del poder, representada por las esculturas de los prisioneros de las guerras del maíz y de los gobernantes de Toniná, dispuestas entre cientos de metates y sus manos, para enfatizar que el centro de todo el conocimiento era el cultivo del maíz.
En la sala principal aparecen 13 esculturas de gobernantes de la dinastía de los dragones fantásticos, dispuestas en el mismo orden que los templos de la Acrópolis. El conjunto representa la ceremonia que aparece con más frecuencia en las inscripciones, la relacionada con la ascensión a la cúspide del poder militar, económico, comercial y tributario. La gran mayoría de las esculturas están fragmentadas y se encontraron dispersas debido a un movimiento social que provocaron los putunes procedentes de otras tierras; es por eso que todas están decapitadas; sólo se han encontrado las cabezas de las dos piezas que están en el centro de la escena. Entre ellas se colocó el símbolo máximo del poder entre los mayas, el bastón de mando, la barra serpentina y bicéfala de la que emergen los gemelos del cielo.
El proyecto del museo se inició hace nueve años, en los días que una veintena de meteoritos caía sobre Júpiter. La idea esencial detrás de la obra fue que su forma y contenido se relacionara con la historia y los mitos del México antiguo. Finalmente, después de infinidad de vicisitudes, la obra se terminó el 15 de julio de 2000. El museo de sitio se constr uyó 100 m fuera de la zona arqueológica y se ocultó en una plaza de montículos llena de árboles, esto para que no compitiera visualmente con los restos arqueológicos.
Juan Yadeun. Maestro en arqueología por la ENAH y doctor por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Fue Director del proyecto arqueológico de Toniná y del Seminario de Investigación y Conservación de Monumentos Arqueológicos de la DICPA, INAH.
Yadeun, Juan, “El museo de Toniná. Territorio del tiempo”, Arqueología Mexicana, núm. 50, pp. 44-49.
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