El nombre Itzcóatl parece fácil de interpretarse. Se compone de los elementos itztli, “obsidiana”, y cóatl, “serpiente”, de ahí el apelativo “serpiente de obsidiana”. No obstante, Siméon (1977, p. 211) y Karttunen (1992, p. 109) precisan que el término itztli refiere también a los fragmentos de obsidiana utilizados como cuchillos, navajas, lancetas, flechas, espejos, etc. De ahí, entonces, vemos que el glifo del nombre personal del tlatoani se representa por medio de una serpiente pintada en rojo y amarillo con una serie de puntas o triángulos negros en el dorso y en el hocico.
Los picos negros parecen remitir, visualmente, a las puntas de flecha fabricadas de obsidiana, aunque las hojas o navajas de este material también suelen dibujarse como delgados ganchos con una ligera curvatura en la parte superior.
En lo que se refiere a la serpiente, coincido con la atinada observación de Xavier Noguez (2022, p. 15) sobre el extraordinario añadido que los pintores del Códice Mendoza y del Códice Azcatitlan pusieron sobre la nariz y boca de las serpientes de obsidiana del nombre personal de Itzcóatl. En efecto, en ambas representaciones aparece el rasgo distintivo de la xiuhcóatl: una enorme prolongación de la parte superior de la boca que toma una forma rectangular y cuyo extremo se aproxima a los ojos del ofidio. De ahí que Noguez resalta en el nombre una especie de combinación de Itzcóatl-Xiuhcóatl.
Imagen: Itzcóatl según el Códice Azcatitlan, lám. XVII. Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el CIESAS-D.F. Se especializa en el análisis de códices y documentos de la Mixteca, así como en historia prehispánica y colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Hermann Lejarazu, Manuel A., “Itzcóatl. Un dios columna entre los mexicas”, Arqueología Mexicana, núm. 186, pp. 14-15.