Es común encontrar en los diversos sistemas de escritura mesoamericanos los registros de los nombres de lugares (topónimos), ya sea cuando se habla de la conquista de un lugar o la procedencia de algún personaje. Ejemplos de topónimos aparecen en la escalinata jeroglífica del Templo Rojo de Cacaxtla, así como en la Pirámide de las Serpientes Emplumadas (imagen) y en las estelas de Xochicalco. Entre los conocidos destaca uno, por su repetición: el signo que representa una montaña dentro de la cual hay una cabeza de guajolote. Varios autores han sugerido la posibilidad de que se trate del nombre original de Xochicalco, Cerro del Guajolote, y que su aparición en Cacaxtla podría sugerir un caso de conquista.

Otro de los usos predominantes de la escritura durante el Epiclásico fue la representación de nombres de personas (antropónimos) y títulos. En el primer caso, hay ejemplos de nombres calendáricos. Sabemos que existió la tradición en Mesoamérica de nombrar a las personas con base en el día en que habían nacido dentro del ciclo ritual. Ejemplos de este tipo son comunesentre los grupos mixtecos del Posclásico y hay varios casos en los sitios del Epiclásico. En Cacaxtla aparece un personaje en el Mural de la Batalla que porta el nombre calendárico 3 Venado; por otro lado, el personaje anciano con rasgos de comerciante que fue representado en el mural del Templo Rojo lleva el nombre calendárico de 4 Perro. Asimismo, varios de los personajes victoriosos del Mural de la Batalla llevan posibles jeroglíficos nominales que no son calendáricos, al igual que los personajes que aparecen en el tablero del basamento de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas.