Representación de guerreras en las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan

Alejandra Aguirre Molina et al.

En las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan no podían faltar las imágenes femeninas elaboradas con diversos elementos como cuchillos de pedernal, cráneos humanos y cuerpos de animales, que tenían la finalidad de representar una parte importante del cosmos mexica en el que las guerreras desempeñaban un papel fundamental para el correcto funcionamiento del ciclo solar.

El deseo de establecer una equivalencia entre el hombre y los elementos naturales, muchas veces era expresado en la antropomorfización de dichos elementos, los cuales se deificaban y presentaban bajo una forma humana, pues al igual que el hombre, se les veía como poseedores de un cuerpo. Las imágenes de los dioses fueron consideradas objetos sagrados capaces de servir como un puente entre los hombres y las divinidades, eran utilizadas para hacer llegar a las deidades las ofrendas de los hombres y también para que, a través de ellas, estos seres enviaran a la Tierra, con sus divinas influencias, virtud y gran poder, todo lo necesario para las sociedades humanas. La búsqueda de la proximidad de dicha fuerza obligaba, entre otras cosas, a la creación de imágenes, por lo que había que ponerse en contacto con los atavíos del dios ya fueran fabricados y semejantes a los de la deidad representada o ya fuera con una reliquia que se conservara de la deidad.

Es por este motivo que la costumbre de elaborar representaciones antropomorfas con objetos inanimados y ataviarlos para colocarlos como parte de los dones ofrendados era un hecho muy común en las ofrendas mesoamericanas.

Los rituales que se llevaban a cabo al depositarlas eran una especie de teatralización representada por y para los dioses, donde las imágenes de las deidades las personificaban ante su ausencia y se quedaban encarnándolas por siempre. A este respecto, mencionaremos tres casos excepcionales, ofrendas en donde se localizaron representaciones de mujeres guerreras elaboradas con diferentes tipos de materias primas como un cráneo humano, cuchillos de pedernal y el cuerpo de una loba.

En las tres ofrendas mencionadas se encontraron ciertas similitudes en las representaciones de guerreras. El hecho de que en dos de los tres depósitos los elementos analizados portaran machetes de tejido o tzotzopaztli, además de la clara personificación de Cihuacóatl en dos de las ofrendas, es clave para comprender parte de la narrativa que los mexicas querían transmitir.

Alejandra Aguirre Molina. Doctora en estudios mesoamericanos por la UNAM. Miembro del Proyecto Templo Mayor del INAH.

Antonio Marín Calvo. Pasante de la licenciatura en arqueología por la ENAH. Miembro del Proyecto Templo Mayor del INAH.

Gerardo Pedraza Rubio. Pasante de la licenciatura en arqueología por la ENAH. Miembro del Proyecto Templo Mayor del INAH.

Tomado de Alejandra Aguirre Molina et al., “La representación de guerreras en las ofrendas 141, 167 y 174 del Templo Mayor de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 193, pp. 70-77.