Las ciudades de Mesoamérica, como las de otras del mundo, se edificaron en un espacio real y un tiempo pero se gestaron también en la geografía interior de sus habitantes y en una atemporalidad con valor mítico.

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Se les veneraba y aún se les venera en varias regiones para solicitarles dones, la lluvia el principal, y pedirles calma.

Entre los objetivos de la osteología antropológica se encuentra el estudio de las marcas de actividad ocupacional.

Si la historia del Distrito Federal está plagada de problemas políticos y jurídicos, la de sus municipios es aún más compleja.

La modificación artificial de la cabeza en la infancia constituye una tradición mesoamericana casi generalizada.

En la época prehispánica, la región de Guanajuato fue habitada en distintos momentos por sociedades sedentarias y nómadas.

Siete movimientos marcan la agitada historia del monolito mexica. Es un viaje de casi quinientos años.