Cuando Alexander von Humboldt llegó a la capital de la Nueva España en abril de 1803, de inmediato fue al encuentro del geólogo madrileño Andrés Manuel del Río.
Teotihuacan fue descrita por los europeos, por primera vez, alrededor de 1580; un siglo más tarde, Carlos de Sigüenza y Góngora cavó un túnel en la Pirámide de la Luna para ver si era hueca.