8 Venado, toma el poder en Tilantongo

Manuel A. Hermann Lejarazu

El año de 7 casa, 1097, debió ser uno de los más importantes para el recién elegido tecuhtli mixteco, pues no solamente hemos visto su alianza con los cholultecas y las exitosas guerras que sostuvo contra señoríos externos, sino que también regresa a su antiguo hogar después de 14 años, al otrora poderoso Tilantongo.

No sabemos nada de la historia de Tilantongo durante los años en que 8 Venado se apoderaba de la Mixteca de la Costa. Los códices no registran ningún evento que pudiera darnos alguna luz sobre lo que sucedía en este asentamiento, pues prácticamente todo este periodo lo ocupa la vida del eterno guerrero. No obstante, el Códice Bodley dice que en el año 6 pedernal, 1096, había muerto el señor 2 Lluvia, Ocoñaña, último sobreviviente del linaje de Ñuu Tnoo y quien, probablemente, pudo haber encabezado el señorío durante estos años. Ya vimos que, desde muy niño, 2 Lluvia fue confinado a una vida religiosa y había quedado bajo la protección o cautiverio de 8 Viento, señor de Suchixtlán. Pero, indudablemente, el viejo gobernante no pudo seguir ejerciendo su dominio, pues a pesar de su origen divino debió haber fallecido en determinado momento. No sabemos la fecha de su muerte, pero si queremos establecer cierta historicidad a la existencia de 8 Viento, podríamos calcularle entre 94 y 118 años de edad, lo marca un lapso de vida poco probable, aunque no imposible, desde luego.

De esta manera, tarde o temprano, 2 Lluvia pudo sacudirse la tutela de su tatarabuelo y llegar a encabezar el señorío de Tilantongo, aunque debió seguir ejerciendo una función sacerdotal y no tanto guerrera. Según el Bodley, a los 21 años, 2 Lluvia realiza una serie de actividades rituales que le costarán la vida. Así, durante un autosacrificio con una flecha y un punzón de hueso, el último señor de Tilantongo muere en un viaje rumbo al cielo, o bien, fue sacrificado para la estrella de Venus. Este acontecimiento tan extraño en la vida de 2 Lluvia fue hábilmente aprovechado por 8 Venado, quien toma ventaja después de haber recibido su insignia real y haber logrado establecer un fuerte señorío en Tututepec. En el día 1 lagarto, ya en los últimos días del año 1097, 8 Venado regresa a Tilantongo para reclamar el poder que había quedado vacante tras el deceso o desaparición de Ocoñaña. Pero desde mi punto de vista, no se trata de una usurpación, pues el hijo de 5 Lagarto había reunido una serie de méritos que lo hicieron merecedor de fundar un nuevo linaje y ponerse a la cabeza de las casas reales o aniñes que integraban a Tilantongo. Claramente en los códices Bodley y Nuttall se ve cómo 8 Venado se instala en el Templo de Tilantongo y coloca todos los símbolos e instrumentos de poder que lo legitiman como cabeza y nuevo integrante de los linajes gobernantes pues, del mismo modo como lo hizo en Tututepec, 8 Venado coloca el bulto sagrado, la flecha de la diosa 9 Caña, el bastón cosmológico de 9 Viento y el escudo de 9 Hierba. Además, se realiza la ceremonia de encender el fuego ritual, que para la región Mixteca simboliza la entronización de un nuevo señor o la fundación de un nuevo asentamiento, caracterizado ahora con la llegada de 8 Venado.

Imagen: Garra de Jaguar se instala en el Templo de Tilantongo, donde coloca los símbolos e instrumentos de poder (el bulto sagrado, la flecha de la diosa 9 Caña, el bastón cosmológico de 9 Viento y el escudo de 9 Hierba) que lo legitiman como cabeza y nuevo integrante de los linajes gobernantes. Códice Nuttall, lám. 53 Foto: © The Trustees of The British Museum. Tras la muerte de 2 Lluvia, 8 Venado aprovecha la situación para reclamar el poder de Tilantongo y vuelve a su antiguo hogar en 1097, colocándose como cabeza de las casas reales que conforman este señorío. Códice Bodley, p. 9. Foto: BNAH.

 

Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el CIESAS-D.F. Se especializa en el análisis de códices y documentos de la Mixteca, así como en historia prehispánica y colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Hermann Lejarazu, Manuel A., “Regreso a Tilantongo y entronización en el señorío”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 97, pp. 56-59.