Caracoles monumentales y su materia prima

Leonardo López Luján, Simon Martin

Las materias primas de las esculturas

Como es bien sabido, tanto en la arquitectura como en la escultura de Tenochtitlan predomina el uso de rocas ígneas extrusivas como los basaltos, las brechas basálticas, las andesitas y las tobas, debido a que la Cuenca de México fue escenario en su pasado reciente de una intensa actividad volcánica. Una de nuestras esculturas, que hemos llamado aquí caracol 1, pertenece al primero de estos grandes grupos petrográficos. Digamos al respecto que los basaltos son rocas sumamente pesadas y de tonos que van del gris al negro. Su textura es de grano muy fino y su estructura es mucho más compacta que la del tezontle. Los pueblos nahuas denominaban los basaltos con el apelativo genérico de metlátetl (“piedra de metate”). Entre las posibles zonas de obtención destacan el Peñón de los Baños, ubicado a 2.8 km; el Pedregal de San Ángel, a 12 km; las elevaciones centrales de la península de Santa Catarina, a 14 km; la península de Chimalhuacán, a 15 km, y las formaciones al sur de Xochimilco, a 22 km.

Las cuatro esculturas restantes, los caracoles 2-5, fueron tallados en andesita de lamprobolita, una roca de tonos rosáceos y violáceos. En cuanto a la textura tiene grandes cristales, en tanto que su estructura se define por la presencia de vetas paralelas. Los pueblos de la Cuenca de México la conocían bajo el nombre específico de tenayocátetl (“piedra de Tenayuca”). La obtenían en las numerosas canteras de la Formación Chiquihuite, la cual aflora en la Sierra de Guadalupe, principalmente en los cerros del Chiquihuite, Tianguillo, Tenayo, Gordo y Botano. Estas elevaciones se encontraban en los siglos XV y XVI a las orillas del Lago de Texcoco, a 9 y 12 km de la isla de Tenochtitlan.

Como la mayor parte de las esculturas mexicas, estos cinco caracoles monumentales estaban policromados: aún quedan en ellos vestigios de pigmento rojo y azul.

Imagen: Caracol 1. Materia prima: basalto. Largo: 93 cm. Ancho: 86 cm. Alto: 49.5 cm. Ubicación: curia de la Catedral Metropolitana. Caracol 2. Materia prima: andesita de lamprobolita. Largo: 94 cm Ancho: 82 cm. Alto: 44 cm. Ubicación: Museo del Templo Mayor. Caracol 3. Materia prima: andesita de lamprobolita. Largo: 93 cm. Ancho: 83 cm. Alto: 47 cm. Ubicación: Museo Nacional de Antropología. Caracol 4.  Materia prima: andesita de lamprobolita. Largo: 104 cm. Ancho: 78.5 cm. Alto: 45.5 cm. Ubicación: Museo del Templo Mayor. Caracol 5. Materia prima: andesita de lamprobolita. Largo: 80 cm. Ancho: 55 cm. Alto: 44 cm. Ubicación: University of Pennsylvania Museum of Archaeology and Anthropology.

 

Leonardo López Luján. Doctor en arqueología por la Université de Paris Nanterre y director del Proyecto Templo Mayor, INAH.

Simon Martin. Doctor en arqueología por la University College London y curador asociado del University of Pennsylvania Museum of Archaeology and Anthropology.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

López Luján, Leonardo y  Simon Martin, “Los caracoles monumentales del recinto sagrado de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 160, pp. 26-35.