Chimalcóatl, citlalcóatl y otras serpientes de agüeros
Citlalcóatl o citlalinímiuh
La serpiente de estrellas posee un veneno muy peligroso, mortal en la mayoría de los casos, pero si se realizaba un ritual a la persona que había sido mordida, muy probablemente llegaría a sobrevivir. El texto nahua del Códice Florentino menciona:
Citlalcóatl se llama o citlalin imiuh … es venenosa, verdaderamente aterradora. A quien haya mordido… siempre va a morir al acercarse el alba, cuando aparece la estrella de la mañana. Se dice que le dispara una flecha; realmente la citlalc óatl lo ha mordido. Y especialmente los chichimecas tenían cuidado por la ciltlalcóal, porque anda en lugares peligrosos de los peñascos. Y al mordido por una serpiente lo rodean con medicina. Los chichimecas lo cercan con flechas, y esperan que cuando aparezca el lucero de la mañana, es cuando él morirá o mejorará. Pero si él sigue un poco la estrella, si esta va aún más lejos, el mordido por la serpiente no morirá; él se recuperará. Especialmente si ha amanecido, si la luz brilla sobre él, el paciente se recuperará (Florentine Codex, 2012, pp. 81-82).
La ciltlalcóal es representada en el Códice Florentino en color verde y con toda la piel cubierta de estrellas, clara alusión a la estrella de la mañana que podría determinar el destino de la persona mordida. Es interesante el elemento comparativo de la mordedura de la víbora con la herida de una flecha lanzada por la estrella matutina, por lo que la muerte del individuo es casi irreversible; sin embargo, los chichimecas, al parecer, habían elaborado un ritual que podría ayudar al envenenado.
Consistía en un cerco de flechas alrededor del moribundo para que estuviese protegido, quizá de más ataques de la estrella matutina, pues si al amanecer la estrella se alejaba y la luz brillaba sobre el enfermo, éste sanaba.
Finalmente, los textos de Sahagún y sus informantes enlistan otra serpiente terrorífica, que sólo de verla podría causar enfermedad o, incluso, la muerte. La serpiente recibe el nombre de tetzauhcóatl, “serpiente espantosa” o “serpiente de espanto”, porque: “El que la ve cobra tal miedo, que muere dél o queda muy enfermo. Y por eso la llaman tetzauhcóatl, porque mata con espanto” (Sahagún, 1989, t. 2, p. 726).
Imagen: Serpiente citlalcóatl. Códice Florentino, lib. XI, cap. 5, f. 85v. Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el Ciesas-D.F. Se especializa en el análisis de códices y documentos de la Mixteca, así como en historia prehispánica y colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Hermann Lejarazu, Manuel A., “Chimalcóatl, citlalcóatl y otras serpientes de agüeros”, Arqueología Mexicana, núm. 181, pp. 80-81.