Códice Porfirio Díaz

Sebastián van Doesburg

Contenido

Este libro de la región cuicateca trata de dos temas distintos. La mayor parte –29 páginas– versa sobre unas campañas de conquista dirigidas por dos líderes llamados Mano que Causa Temblores y Pasajuego, probablemente provenientes de Papaloticpac (el actual Concepción Pápalo). Se desconoce la extensión de estas campañas y se ignora la época en que se llevaron a cabo. Podemos, no obstante, pensar que ocurrieron en la época de la conformación de los señoríos, en algún momento entre los siglos X y XIII. En esas campañas se destaca la participación militar y ritual de otro guerrero, llamado Serpiente, proveniente de Tutepetongo o quizá Tepeucila. Esta historia militar deriva en el casamiento de este último y una hija de Mano que Causa Temblores. Otra versión muy similar de esta misma historia se narra en el Códice Fernández Leal, lo que hace pensar que debió de ser importante para la elite cuicateca que gobernó al momento de producirse la conquista española.

Un rasgo notable de estos documentos es la variante calendárica usada para fechar los acontecimientos. En lugar de los portadores caña, conejo, pedernal y casa, común en los códices mixtecos, los pintores cuicatecos emplearon los portadores hierba, venado, zopilote y viento.

Otra parte –10 páginas– del Códice Porfirio Díaz contiene tablas para la adivinación, cuyo contenido se relaciona con otros libros del Grupo Borgia, especialmente con el Códice Laud. Éste sería el único documento del Grupo Borgia para el cual se tiene una procedencia precisa y segura. Tres páginas ubicadas entre las partes histórica y adivinatoria quedaron en blanco, aunque en alguna fecha posterior fueron cubiertas con glosas en letras rojas, mismas que también se encuentran en algunas de las páginas de la parte histórica. Aún no ha sido posible interpretar el significado de esas glosas.

Fecha de elaboración. Se desconoce la fecha de elaboración del documento, aunque es probable que ésta se ubique en el temprano siglo XVI.

Lugar de origen. Este códice proviene de la Sierra Cuicateca, al este de la cañada de Cuicatlán. En la actualidad hay unos 12 000 hablantes de cuicateco, distribuidos sobre varias comunidades de la sierra, aunque en la antigüedad también se hablaba en la cañada y más hacia el sur, hasta el actual pueblo de Tejotepec. Hay buena evidencia de que el códice viene de San Francisco Tutepetongo (o Tututepetongo), antiguamente un señorío importante con tierras tanto en el fondo de la cañada como en la sierra. Cerca de la actual comunidad, en un promontorio, existen los vestigios del antiguo centro ceremonial y administrativo.

Lugar donde está depositado. Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, 35-50.

Historia

El códice estaba en manos de los caciques Avendaño de Tutepetongo hasta 1874, cuando pasó, junto con las tierras del cacicazgo, a manos de los inversionistas Pastelín de la Cañada. En 1886, los Pastelín vendieron el documento al español Pérez Calderón, otro operador en la Cañada.

Éste, a su vez, lo vendió al gobierno mexicano mediante la intervención del historiador oaxaqueño Manuel Martínez Gracida. Esta venta se dio en el marco de la búsqueda de documentos pictográficos impulsado por el presidente Porfirio Díaz y que culminó en la Exposición Histórico- Americana de 1892 en Sevilla.

Las glosas en tinta negra que se ven en varias de las páginas de la parte histórica fueron añadidas posiblemente durante los siglos XVII o XVIII y enumeran tierras y linderos del cacicazgo de Tutepetongo. Mediante la adición de estas glosas, el documento dejó de ser una narrativa histórica y se transformó en un título de tierras y linderos. El mismo proceso ocurrió con el Códice Colombino, el Códice Dehesa y el Rollo Tulane

Principales estudios

Manuel Martínez Gracida fue el primero en realizar un estudio (inédito) del documento alrededor de 1900. Este historiador reconoció el origen cuicateco, identificó la temática de las campañas militares y trató de relacionar el contenido con varios documentos coloniales de la región. Posteriores estudios de Alfredo Chavero (1892) y Abraham Castellanos (1917, inédito) no aportaron nada nuevo. En 1972 y 1978, la investigadora Eva Hunt publicó los primeros estudios modernos del documento. Restableció de nuevo el origen cuicateco del documento y trató de relacionarlo de nuevo con importantes documentos coloniales encontrados por Roberto Weitlaner en la región cuicateca. Sin embargo, varias de sus identificaciones y afirmaciones no pasaron la prueba del tiempo. En 2001 salió el más reciente estudio de la mano de quien esto escribe, el cual incluye datos nuevos acerca de la historia del documento y un análisis más riguroso de su contenido. La parte mántica fue estudiada por Nowotny y Jansen quienes notaron los paralelos con el Grupo Borgia.

 

Sebastián van Doesburg. Doctor por la Universidad de Leiden. Investigador del Instituto de Investigaciones Sociológicas y de la Biblioteca Francisco de Burgoa de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

Van Doesburg, Sebastián, “Códice Porfirio Díaz”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 42, pp. 14-17.