Depredación y canibalismo. Una breve introducción
La cosmofagia
En términos generales, depredación se define como la captura, la matanza y el consumo de una presa, tal como acostumbramos pensarlo en el caso de ciertos animales. Llama la atención que esta obtención de recursos se orienta fundamentalmente por principios de la cacería.
Por lo regular, la depredación se opone a la reciprocidad, basada ésta en un pacto de beneficio mutuo, como forma de relacionarse. Un ejemplo del mundo mesoamericano son las llamadas guerras floridas, comprendidas como una forma de depredación recíproca entre vecinos emparentados, con el fin de integrar al enemigo en la comunidad propia.
En esta explicación, el énfasis está menos en el acto sacrificial (la relación con los dioses) que en las distintas formas de obtener el alimento, y en la caracterización de la interacción entre “el que consume” (captor) y “el que es consumido” (prisionero). Más que masticar un cuerpo hecho dios, al menos en el caso de los nobles guerreros, se consumía al prisionero por su calidad de enemigo.
Se puede imaginar esto como una forma de engullimiento universal, una cosmofagia en donde dioses, espíritus, muertos, seres humanos, animales, plantas, objetos y paisajes tienen la capacidad de consumir o ser consumidos, aunque con niveles distintos de ferocidad.
Hasta un día calendárico podrá tener la cualidad de devorador, como ce malinalli (1 hierba), asociado al dios Tezcatlipoca. De este signo se decía que era como una bestia fiera (Códice Florentino). Otro ejemplo son las entradas de los templos, pintadas como bocas de serpientes con grandes colmillos.
El conjunto de textos que presentamos en este volumen bajo el título “Depredación y canibalismo” permite acercarnos a una forma particular de interacción mesoamericana: por medio de la boca se establece un vínculo entre seres de distintos ámbitos. En cada análisis, encontraremos facetas distintas de esta depredación con distintos enfoques teóricos, que expresan las múltiples formas de canibalismos. Cada especialista sitúa el consumo en un contexto particular, asociado a un pensamiento específico. Tanto en la mitología como en la iconografía, en los restos óseos, o en los datos históricos y etnográficos, encontramos evidencias del papel que juega la devoración en las sociedades indígenas.
Imagen: Izquierda: La cueva como entrada de la tierra devoradora. Códice de Tepetlaoztoc, f. 2. Derecha: Cuchillo sacrificial con la capacidad de devorar. Códice Vaticano B, p. 95. Fotos: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Stan Declercq. Arqueólogo por la ENAH con maestría y doctorado en estudios mesoamericanos por la UNAM. Posdoctorante en el posgrado de arqueología de la ENAH. Es autor del libro Cautivos del espejo de agua (INAH/Bonilla).
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Declercq, Stan, “Depredación y canibalismo. Una breve introducción”, Arqueología Mexicana, núm. 180, pp. 28-33.