Durante el Pleistoceno Tardío, en Norteamérica, existieron dos especies de mamut, el lanudo (Mammuthus primigenius) y el de las praderas (Mammuthus columbi); sin embargo, esta última especie fue la única que vivió en México. Para inferir su dieta y su hábitat, se ha recurrido típicamente al estudio morfológico de sus restos, principalmente la dentición y los miembros; así, por medio de sus molares se asume que era un animal pacedor típico de las zonas abiertas, como los pastizales, de ahí el nombre común con el que se le conoce.
No obstante, en los Estados Unidos el empleo de los marcadores biogeoquímicos de δ13C y δ18O en ejemplares de esta especie, hallados en Florida, Nuevo México y Texas, muestra que hubo individuos que tuvieron desde una dieta completamente pacedora hasta algunos con una dieta mixta, aunque todos vivían en una zona abierta tipo pastizal.
Por ello, teniendo en cuenta el gran número de localidades con restos de mamut de las praderas en el país, se decidió aplicar esta técnica a los ejemplares de esa especie encontrados en diferentes partes de México. El propósito fue observar si la dieta y el hábitat de tales individuos eran semejantes a los del norte del continente o si existían diferencias entre ellos por la altitud y la latitud, usando el δ13C y δ18O del carbonato del esmalte dental.
Los resultados indican que, en promedio, esta especie en México mostró una dieta mixta C3/C4 con individuos que mostraban desde una dieta pacedora, como es el caso del individuo proveniente de Metepec, estado de México, hasta un ejemplar proveniente de El Mezquital, Baja California Sur, cuya dieta mixta con una ingesta mayor de plantas C3 no llega sin embargo a depender exclusivamente de éstas. En todos los casos, los individuos se encontraron en una zona abierta, que pudo ser un pastizal, independientemente de la latitud y la altitud donde se encontraban.
Imagen: Izquierda: Incorporación de algunos isótopos a los seres vivos. El δ13C se incorpora a las plantas a través del CO2 atmosférico en el proceso de la fotosíntesis y, posteriormente, a los animales. El δ15N se incorpora a las plantas mediante bacterias fijadoras, y, de éstas, a los animales. El δD(δ2H) y δ18O se incorporan en los animales mediante el agua, procedente de la lluvia, que se bebe o por el consumo de plantas u otros animales. Derecha: Molar de un ejemplar de Mammuthus columbi. Se indica el área de donde se obtuvo la muestra de esmalte dental. Foto: Oliver Santana / Raíces.
Víctor Adrián Pérez-Crespo. Licenciado en biología por el Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca y maestro en ciencias por CIDIR-Oaxaca-IPN. Alumno de doctorado en ciencias biológicas por la UNAM. Autor de varios artículos.
Joaquín Arroyo-Cabrales. Doctor en biología (paleontología) de Texas Tech University e investigador del Laboratorio de Arqueozoología, Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, INAH. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y del Programa de Estímulos a la Productividad Académica del INAH. Autor o coautor de más de 100 ponencias y más de 200 artículos científicos nacionales o internacionales.
Óscar J. Polaco. Biólogo con especialidad en arqueozoología, egresado de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, IPN, e investigador del Laboratorio de Arqueozoología, Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, INAH. Ganador del Premio Fryxell por investigación interdisciplinaria de la Society for American Archaeology. Es autor o coautor de más de 100 ponencias y más de 200 artículos científicos nacionales o internacionales.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Pérez-Crespo, Víctor Adrián, Joaquín Arroyo-Cabrales, Óscar J. Polanco, “Uso de marcadores biogeoquímicos para el estudio de la dieta y el hábitat de los mamutes de México”, Arqueología Mexicana, núm. 116, pp. 76-79.
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