Los antiguos mexicanos no sólo representaron la quiralidad del cuerpo, sino que la multiplicaron de varias maneras. Una de ellas es la representación de dos personas en espejo en torno a un eje. Cuando dos personas están cara a cara, la mano derecha de una se encuentra frente al lado izquierdo de la otra. Pero cuando una persona está frente a un espejo, su mano derecha aparece en su reflejo como su mano izquierda.
Las representaciones mexicas muestran muy claramente esta diferencia. En un enfrentamiento bélico, los dos combatientes llevan una espada en la mano derecha y un escudo en la izquierda. Pero las representaciones de dos figuras en espejo se distinguen claramente de esta posición natural cara a cara y transmiten una serie de mensajes significativos.
Así, consideremos a dos plumajeros, padre e hijo, presentados a espejo. El hijo, a la derecha, lleva un instrumento puntiagudo en la mano derecha y una pluma en la izquierda. Su padre, a la izquierda, lleva un instrumento puntiagudo en la mano izquierda y tres plumas en la derecha. La posición habitual del artesano es llevar el estilete en la mano derecha, por lo tanto el hijo está en una situación natural, mientras que el padre es su reflejo en el espejo.
La decisión de colocar al hijo a la derecha y al padre a la izquierda no es casual. Alude a uno de los significados metafóricos del espejo (tezcatl en náhuatl): el buen ejemplo que las personas mayores dan a las más jóvenes. Así, se decía que el descendiente de un noble tomaba el buen ejemplo –“el espejo”– (tezcatl itech mixcuicuitiani) de su ascendiente (fray Bernardino de Sahagún, Códice Florentino, lib. X, p. 19, de Dibble y Anderson). Tal era la razón por la cual el padre se representaba como un reflejo en un espejo, porque era el “modelo-espejo” del hijo.
Encontramos la misma relación entre dos personajes en espejo sobre en el frente del Teocalli de la Guerra Sagrada. Ahí el tlahtoani Moctezuma (a la derecha) y el dios Huitzilopochtli (a la izquierda) figuran a ambos lados del Quinto Sol. El dios Huitzilopochtli aparece así como el “modelo y espejo” del soberano Moctezuma.
Imagen: Izquierda: Dos artesanos (padre e hijo) cara a cara, en posición de espejo: “maestro de guarnecer con plumas”, “hijo del maestro”. Códice Mendoza, f. 70r. Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. Derecha: El rey Moctezuma (derecha) y el dios Huitzilopochtli flanquean al Quinto Sol y llaman a la guerra. Frente del Teocalli de la Guerra Sagrada. Museo Nacional de Antropología. Foto: Marco Antonio Pacheco / Raíces.
Danièle Dehouve. Directora de investigaciones emérita en el Centre National de la Recherche Scientifique (París Oeste Nanterre) y directora de estudios emérita en la École Pratique des Hautes Études- PSL (París). Antropóloga, estudia desde 1967 las comunidades indígenas del estado de Guerrero de lengua náhuatl y tlapaneca. También investigó la evangelización de los aztecas y la organización social y ritual del Valle de México en la víspera de la conquista española
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Dehouve, Danièle, “La quiralidad. Imágenes en espejo en el México central”, Arqueología Mexicana, núm. 185, p. 68-75.