Los huastecos
Este grupo vivió su mayor esplendor en el Posclásico, si bien su presencia en la región se remonta al Preclásico. Para la época del contacto con los españoles se extendía sobre un amplio territorio que se encontraba dividido en varios señoríos independientes, controlados por ciudades como Tancol, Tamuín, Tantoc y Castillo de Teayo. Los mexicas establecieron provincias tributarias como Tuxpan, desde las cuales se enviaban diversas materias primas y productos terminados, entre los que destacan las mantas bordadas.
Entre los elementos que distinguen a la cultura huasteca se encuentra la arquitectura con esquinas redondeadas y la escultura, en la que se reflejan algunos de los elementos distintivos de los huastecos: la deformación craneana y el adorno del cuerpo con pintura y escarificaciones. En buena parte del arte huasteco se encuentran elementos que son generalmente asociados al dios del viento, como el tocado cónico y el abanico de plumas.
Los totonacos
A la región que ocupaba este grupo se le conoce desde la época prehispánica como el Totonacapan. En la actualidad, aunque su población ha disminuido respecto a la que llegó a tener en el Posclásico, los totonacos son un importante grupo étnico que conserva su idioma, costumbres y creencias, las cuales tienen un fuerte componente prehispánico. Según las crónicas, es posible que los totonacos emigraran desde el Centro de México a la costa del Golfo alrededor de 800 d. C., lo que los hace contemporáneos del apogeo de Tajín, aunque no existe acuerdo entre los investigadores que ese esplendor se deba a ellos. De cualquier modo, cuando Tajín decayó, los totonacos tuvieron el control de un amplio territorio, que abarcaba el centro de Veracruz y parte del oriente poblano. El Totonacapan se encontraba dividido en varios señoríos independientes que mantenían entre sí relaciones comerciales y establecían, cuando el caso lo requería, alianzas políticas que les permitieran enfrentar las incursiones de los grupos que, como los toltecas y los mexicas, buscaban los productos que la naturaleza ofrecía en abundancia en estas tierras. En su apogeo, la región totonaca albergó a una considerable población y a ciudades de gran tamaño, como Xiuhtetelco, Quiahuiztlan y Cempoala, esta última tal vez su capital en el Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.) y la primera gran ciudad que encontraron los españoles a su llegada a México.
Este artículo está formado con fragmentos tomados de la edición especial número 34 de Arqueología Mexicana, y el artículo de Félix Báez-Jorge, “Cempoala, Veracruz”, en Arqueología Mexicana, núm. 99, pp. 32-39.
S/A, “El Golfo de México a la llegada de los españoles”, Arqueología Mexicana, núm. 160, pp. 48-51.