Muchos son los indicios contenidos en las fuentes que nos permiten establecer una relación entre el tlahtoani y el Sol. Por ejemplo, a la muerte de Chimalpopoca, un viejo orador expresa la necesidad apremiante de la elección de su sucesor de la manera siguiente: “Haced cuenta, oh mexicanos, que por breve tiempo se eclipsó el sol, y que se oscureció la tierra y que luego tornó su luz a la tierra. Si se oscureció México con la muerte de vuestro rey, salga luego el sol: elegid otro rey” (Durán, II, 1967, p. 73).
Conviene recordar aquí que la metáfora, en el contexto cultural náhuatl, no es una simple imagen o un ornamento retórico sino que conlleva una verdad profunda. Otras fuentes manifiestan de manera más directa la relación que existe entre el tlahtoani y el dios tutelar mexica Huitzilopochtli: “…yehoantin in tlatoque in ixiptla mochiuhticatca in Huitzilopochtli Tlacatecutzintli”, “…ellos los gobernantes […] se volvían la semejanza del señor Huitzilopochtli…” (Códice Matritense, de la Real Academia de la Historia, f. 54r).
Cuando los mexicas fueron a pedir a Acamapichtli para que fuese su rey, le contestó su padre, el señor de Colhuacan: “Tomadlo y llevadlo mucho de en hora buena, y sirva a vuestro dios y esté en lugar de Huitzilopochtli” (Durán, II, 1967, p. 52). Colegimos de lo que precede que el tlahtoani mexica es la imagen y semejanza de su dios Huitzilopochtli y del mismo Sol, en el ámbito terrenal.
Imagen: En la mayoría de las fuentes manuscritas en español y en náhuatl, el tlahtoani aparece como el máximo jerarca y parece no compartir el poder con nadie. Motecuhzoma Ilhuicamina, tlahtoani de México-Tenochtitlan. Códice Mendocino, f. 7v. Reprografía: Boris de Swan / Raíces.
Johansson K., Patrick, “Tlahtoani y cihuacóatl. Una dualidad teocrática en México-Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 133, pp. 22-29.