Es tal la cantidad de escultura monumental en el área del golfo, que se puede señalar que allí se originó esa práctica cultural. Hacia 900 a.C. era una tradición que se había extendido hacia otras áreas, en las que existían ejemplos de escultura monumental. Las llamadas cabezas colosales parecen ser exclusivas de la zona nuclear. Estos grandes monolitos, de los que se conocen 17, representaban a gobernantes con el suficiente poder para legitimar de modo tan espectacular su poder y proclamar su rango.
Tomado “Cultura olmeca”, Arqueología Mexicana núm. 87, pp. 26-29.
Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar: