La temprana alimentación olmeca

Judith Zurita Noguera, Luis Fernando Hernández Lara, María Arnaud Salas

El conocimiento de la alimentación de los olmecas ayuda a comprender su forma de vida, al revelar aspectos primordiales sobre su organización social y económica, así como sobre su vida cotidiana. Por medio de un profundo entendimiento del entorno natural y del ciclo hidrológico, los olmecas aprovecharon de manera muy particular los recursos a su alcance.

 

Las investigaciones interdisciplinarias en San Lorenzo han sido trascendentales para arrojar datos sobre la explotación prehispánica de recursos vegetales y animales como alimentos en el antiguo entorno. Asimismo, permiten la caracterización de la subsistencia y dieta de los olmecas, sin olvidar que esos recursos no sólo fueron usados como fuente de alimentos, pues tuvieron también un papel primordial en todo tipo de actividades sociales y ceremoniales.

La forma de vida de los habitantes de San Lorenzo dependía en gran medida de la forma en que satisfacían esta necesidad primordial. El sistema de producción de alimentos de una sociedad es un elemento de gran importancia en la definición del carácter de la organización social y económica. Se han hecho, desde un enfoque interdisciplinario, diversos estudios para establecer el tipo de alimentación olmeca, que incluyen el análisis e interpretación de restos de fauna y flora, residuos orgánicos y restos óseos procedentes de contextos domésticos, ceremoniales y productivos.

 

Técnicas de estudio

El estudio de la antigua alimentación olmeca involucra varias técnicas y métodos en laboratorio que se aplican después de la recuperación de los restos en los contextos arqueológicos. En muchas ocasiones los alimentos que fueron consumidos por las poblaciones arqueológicas no se logran preservar, ya sea por las condiciones ambientales existentes en los sitios arqueológicos o por las prácticas culturales de las sociedades que los habitaron. Esto no significa que no podamos recuperar datos al respecto, ya que muchos de los recursos alimenticios que fueron aprovechados dejan algún tipo de evidencia, que no puede ser percibida a simple vista.

El análisis de los restos de fauna busca identificar las categorías taxonómicas y anatómicas del material óseo. La finalidad es determinar los tipos de animales que formaron parte de la dieta humana y cómo y cuándo se obtuvieron para poder entender patrones de consumo, aspectos del medio ambiente y la relación de los humanos con el paisaje.

El estudio de la relación entre humanos y plantas en la antigüedad empezó con la aplicación de técnicas arqueobotánicas a los restos arqueológicos, los cuales pueden ser microscópicos, como el polen, esporas y fitolitos, o macroscópicos, como los restos vegetales que se pueden observar a simple vista: semillas, frutos y maderas, generalmente carbonizados. Cada una de esas técnicas ha proporcionado información que se complementa y permite así una interpretación más adecuada de la alimentación olmeca.

Por otro lado, existe la posibilidad de recuperar residuos orgánicos en artefactos utilizados en la preparación, consumo y almacenamiento de alimentos como, por ejemplo, las vasijas cerámicas. Estos residuos pueden identificarse principalmente de dos formas: comparando las proporciones de los ácidos grasos presentes o mediante biomarcadores; a su vez, los ácidos grasos y los biomarcadores son identificados mediante un método llamado cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas.

Desde los años setenta se comenzó a emplear en arqueología una técnica prometedora basada en las proporciones entre isótopos estables para identificar la procedencia y los patrones dietéticos. Actualmente está en proceso un estudio para aplicar esa técnica a restos óseos humanos y animales recuperados en San Lorenzo, con el fin de obtener un mayor conocimiento sobre la alimentación olmeca.

 

• Judith Zurita Noguera. Laboratorio de Fitolitos del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. Arqueóloga por la ENAH. Maestría en artes, antropología y candidato a doctor, University of Illinois at Urbana-Champaign.

• Luis Fernando Hernández Lara. Arqueólogo por la Universidad de las Américas-Puebla, estudiante en el posgrado en estudios mesoamericanos, FFYL, UNAM.

• María Arnaud Salas. Arqueóloga por la Universidad Veracruzana. Maestría en el posgrado de antropología, FFYL, UNAM, con especialidad en antropología física. Estudiante del doctorado en estudios mesoamericanos en la FFYL, UNAM.

 

Zurita Noguera, Judith, Luis Fernando Hernández Lara y María Arnaud Salas, “La temprana alimentación olmeca”, Arqueología Mexicana núm. 150, pp. 26-31.

 

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