Cosmos y comida
El entorno natural desempeñó un papel central en la evolución de la civilización olmeca en San Lorenzo. Este notable sitio surgió junto a ríos, al igual que muchas otras grandes civilizaciones antiguas. Las vías fluviales tienen un papel esencial en el intercambio, el comercio y la defensa de todos los pueblos.
El entorno condicionó y envolvió la vida olmeca. Las grandes llanuras costeras proporcionaron circunstancias esenciales para el desarrollo de la civilización. En la región hay una cantidad colosal de agua, la cual puede ser una ventaja pero por sí sola no crea la civilización. Eso requiere de personas que logran adaptarse exitosamente a las condiciones muy especiales del entorno.
En la región olmeca hay llanuras costeras y zona serrana. Esta región de selva húmeda tiene la concentración más alta de agua en todo el país. Solamente 10-15% de las llanuras consistía en terreno alto a salvo de las inundaciones.
Ahí, el riesgo es un modo de vida. Y tampoco debe sorprender que los pueblos de hoy y antaño se asentaran en islas de terreno alto. Las islas son un fenómeno que, bajo condiciones de crecimiento demográfico óptimas, automáticamente concentran la población, la cual puede volverse más densa conforme pasa el tiempo.
El ritmo sincopado del agua dominó la vida olmeca. La impredecible fluctuación de su nivel determinó si los terrenos estaban secos o sumergidos y, de esta manera, afectaba la disponibilidad y la producción de recursos de subsistencia. El manejo del riesgo fue un estilo de vida para los olmecas.
Imagen: Esquema de la Isla de San Lorenzo y los antiguos cauces de río que la rodeaban. Ilustración Digital: Raíces. Pesca con red en los arroyos. Foto: Ann Cyphers.
Ann Cyphers. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM Especialista en el periodo Preclásico (Formativo) y, en particular, en la civilización olmeca.
Cyphers, Ann. “Cosmos y comida”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 104, pp. 16-23.