El matrimonio, ámbito vital de la mujer maya
Tal vez las mujeres de linaje ilustre, las almehenoob, que en el arte y en textos prehispánicos aparecen siempre ocupando un sitio destacado, tuvieron oportunidad de incurrir en otras actividades. Por ejemplo, Nikolai Grube ha descifrado en las inscripciones un título: ak k’ul hun, “señor de los libros sagrados”, el cual se otorgaba a los encargados de escribir y cuidar los códices. La mayoría de los retratos de estos personajes son masculinos, pero en Yaxchilán, Chiapas, la señora Estrella Vespertina, madre de Yaxún Balam, lleva ese título, lo que indica que algunas mujeres también podían leer y escribir. Esto se confirma con una figurilla de Jaina, Campeche, que representa a una mujer sentada con un libro sobre las piernas (Schele, 1997, p. 43). Dicha actividad, al lado de ritos ascéticos como el autosacrificio –en algunas obras plásticas se ve a mujeres que realizan ese acto–, muestra que las esposas de los gobernantes-chamanes compartieron las funciones religiosas de sus maridos, al igual que las políticas. Incluso algunas ocuparon el poder supremo, como la señora Olnal de Palenque, Chiapas, que, según Linda Schele, “fue la única mujer que gobernó una ciudad maya por derecho propio” (1997, p. 19).
Mercedes de la Garza. Doctora en historia por la UNAM. Investigadora del Centro de Estudios Mayas del Instituto de Investigaciones Filológicas (UNAM), con especialidad en historia y religión mayas.
De la Garza, Mercedes, “El matrimonio, ámbito vital de la mujer maya”, Arqueología Mexicana, núm. 60, pp. 30-37.
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