Prospección subacuática

Helena Barba-Meinecke et al.

La travesía subterránea del Proyecto de Salvamento Arqueológico Tren Maya. Registro del legado cultural en los sistemas kársticos

Topografía y cartografía en la arqueología subacuática

Los trabajos arqueológicos dentro de las cuevas y cenotes implican una alta especialización y entrenamiento de años, tanto para lograr registros de calidad como para realizar estas labores bajo altos estándares de seguridad.

La obtención de datos arqueológicos y del contexto, así como de evidencia material en cavidades secas e inundadas, representan retos técnicos para registrar de forma científica y confiable una cueva, donde se aplican técnicas de tiro vertical (rappel o escalada) o para bucear en estrechos túneles laberínticos, algunos a gran profundidad e, incluso, en condiciones de cero visibilidad.

La documentación de las cavidades comienza con la elaboración de su topografía y cartografía, al tiempo de hacer un levantamiento fotográfico y en video del contexto en su totalidad para, posteriormente, ubicar en el espacio la evidencia identificada.

En este sentido, la topografía es la “columna vertebral”, es decir, una línea central a través del desarrollo, la cual es la base para la cartografía y georreferenciación de los elementos arqueológicos al interior de las cavidades.

Georreferenciación Mapit

El trabajo de prospección arqueológica para las cuadrillas en superficie del INAH y el grupo de arqueología subacuática (SAS-INAH) ha sido parte de los desafíos del Proyecto Tren Maya, debido a su magnitud, al registro de materiales en contextos remotos y la entrega de resultados casi en tiempo real, información que ha servido de soporte para la toma de decisiones clave en torno a la salvaguarda del patrimonio cultural.

La implementación de técnicas de obtención de datos digitales, como dispositivos y software de prospección remota y el registro 3D, permitió georreferenciar de manera precisa los datos recopilados en campo de contextos y evidencia cultural.

A través de la aplicación del programa Mapit se registró y georreferenció la evidencia arqueológica de forma precisa; los datos topográficos generados en campo mediante dibujos fueron cotejados con los registros de monumentos levantados.