Sagrario de la Catedral Metropolitana. Vestigios prehispánicos

Raúl Barrera

En el subsuelo del Sagrario de la Catedral Metropolitana se encuentra un sótano al que se puede acceder por medio de una escalera metálica situada en el costado norte; al fondo de este espacio se encuentran dos ventanas arqueológicas. Ambas muestran tres tramos de vestigios arquitectónicos correspondientes al costado norte del Templo del Sol o Tonatiuh, a partir de las excavaciones realizadas por Rubén Cabrera Castro y Constanza Vega Sosa (1979) en el Sagrario, con motivo de los trabajos de recimentación (a cargo de la Secretaría del Patrimonio Nacional) del edificio, realizados entre 1975 y 1976. En la primera ventana se pueden observar restos del muro en talud del primer cuerpo del costado norte del Templo de Sol; se observan dos etapas constructivas y un reforzamiento en la base externa del edificio. Los materiales empleados en la construcción de este edificio fueron piedras de tezontle irregulares y bloques de andesita unidos con lodo, así como un recubrimiento de estuco elaborado con cal, arena y tezontle molido.

La otra ventana, más bien un espacio dentro del sótano bajo del Sagrario Metropolitano, muestra dos tramos del muro en talud que delimita al Templo del Sol por el lado norte. En el primer tramo se observa un muro en talud con una lápida de andesita rosa empotrada, con la representación de un disco solar en el que se ve un círculo central con restos de pigmento rojo, rodeado por un anillo verde, luego otro rojo; se ven asimismo plumas de águila en blanco y rojo, delineadas en negro, que simulan los rayos solares. En cada una de las cuatro esquinas de la lápida se encuentran representados chalchihuites (jades o piedras preciosas) que en conjunto forman un quinqunce que simboliza los rumbos del universo. Durante los trabajos de excavación se localizaron otras dos lápidas que se exhiben en uno de los pasillos de la sacristía de la Catedral Metropolitana.

El segundo tramo corresponde a la esquina noroeste del Templo del Sol; como dato interesante, en este espacio se pueden apreciar con claridad los pilotes de madera empleados para la cimentación de los muros del Sagrario Metropolitano construido hacia 1749. De acuerdo con las excavaciones, el Templo del Sol tiene 49 m de longitud de este a oeste, aunque su ancho en sentido norte-sur se desconoce. Su fachada principal es por el oriente, de ahí que también se le conoce como Templo del Sol Naciente. El área que en metros cuadrados ocupa este templo es casi la misma que tiene el Sagrario de la Catedral Metropolitana

 

Raúl Barrera Rodríguez. Arqueólogo por la ENAH. Investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH. Responsable del Proyecto de Arqueología Urbana.

 

Barrera Rodríguez, Raúl, “Sagrario de la Catedral Metropolitana. Vestigios prehispánicos”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 79, pp. 58-61.