Las turquesas en el Templo Mayor de Tenochtitlan. Piedras de fuego y emblemas de poder
La variedad de objetos de turquesa ofrendados
Para conocer la diversidad de objetos depositados en el Templo Mayor, se realizó su clasificación tipológica, y se concluyó que la mayoría de las turquesas son incrustaciones, también llamadas teselas, las cuales forman parte de diversos mosaicos. Cabe destacar que la mayoría de ellos son ornamentos e insignias que portan las divinidades del Centro de México o los gobernantes nahuas, o que forman parte de la decoración de objetos votivos. Al comparar su distribución espacial y temporal en las ofrendas, encontramos que la gran mayoría de piezas se concentra en el huey teocalli, sobre todo en la etapa IVb, y que son escasas en los edificios aledaños.
El estudio de la tecnología de los objetos de turquesa enterrados en el Templo Mayor se hizo por medio de la arqueología experimental y la caracterización de huellas de manufactura, como parte del Proyecto “La lapidaria del Templo Mayor: estilos y tradiciones tecnológicas”. Para ello se emplearon tres niveles de observación: macroscópico, microscopía estereoscópica de bajas amplificaciones a 10x y 30x, y microscopía electrónica de barrido (MEB) a 100x, 300x, 600x y 1000x. Además, gracias a las comparaciones tecnológicas con colecciones de turquesa y otros minerales azules de distintos sitios y temporalidades de Mesoamérica, el Norte de México y el Suroeste de los Estados Unidos –como parte del proyecto “Estilo y tecnología de los objetos lapidarios en el México antiguo”–, fue posible identificar tres patrones de manufactura en las piezas de turquesa del Templo Mayor, dos de ellas foráneas y una local (Melgar, 2014).
Las cuentas de la ofrenda 37 y las teselas del cetro de Xiuhcóatl de la cámara III son las piezas más antiguas y presentan desgastes con arenisca, cortes con obsidiana, perforaciones con pedernal (cuando las tienen) y bruñido con piel. Este patrón es similar a lo objetos elaborados en los talleres de turquesa en el noroeste de México y en el Suroeste de Estados Unidos, por lo cual podemos plantear que estas piezas de turquesa fueron manufacturadas parcial o totalmente en tierras septentrionales.
Imagen: La mayoría de las incrustaciones de turquesa proceden de la decoración de objetos votivos y de ornamentos e insignias que se ven en las representaciones de divinidades y gobernantes nahuas. Izquierda: La nariguera, yacaxíhuitl, de la ofrenda 11 del Templo Mayor es similar a la que tiene una escultura de Xiuhtecuhtli, que se exhibe en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología. Foto: Emiliano Melgar. Centro: En los mosaicos del Templo Mayor solamente se utilizó turquesa. Huitzilopochtli. Disco de turquesa de la ofrenda 99. Museo del Templo Mayor. Foto: Oliver Santana / Raíces. Derecha: Cuchillo rostro con ceja de turquesa. Foto: Marco Antonio Pacheco / Raíces.
Emiliano Ricardo Melgar Tísoc. Doctor en antropología por la unam. Investigador del Museo del Templo Mayor. Coordinador del proyecto “Estilo y tecnología de los objetos lapidarios en el México antiguo”.
Melgar Tísoc, Emiliano Ricardo, “Las turquesas en el Templo Mayor de Tenochtitlan. Piedras de fuego y emblemas de poder”, Arqueología Mexicana, núm. 141, pp. 68-73.
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