Un cerro comestible

María del Carmen Castillo Cisneros y Raquel Diego Díaz

El mä’ätsy o machucado es la adjetivación de “algo boludo”, es decir, de las memelas cocidas pasadas por mii’kxy (amasar, revolver) y convertidas en una sola bola. Así pues, mä’ätsy se entendería como “amasado de una memela caliente”. Pero también, mä’ätsy, en otro sentido, significa grueso.

La antesala para un buen mä’ätsy es templar las brasas, darles vida. Debido a que el manejo del fuego es fundamental para este platillo, lo primero que se hace es quemar la leña para que se convierta en brasa y sobre ella, al rojo vivo, poder calentar un cuenco de barro llamado mä’äjts’ii’ny (contenedor exclusivo del machucado), que tiene la característica de solamente poseer una asa. Las fundadoras de Espacio Moojkkaaky (comidas de maíz) nos cuentan que tal vez la palabra empleada para nombrar a la placenta, määjts, en sentido metafórico, recuerde que parir es como arder en brasa de dolor, pero al mismo tiempo es “hacer vivir”.

Mientras el recipiente se calienta, ya se tiene la masa de nixtamal lista para elaborar unas memelas grandes y palmeadas que se cocerán sobre el redondo comal. Una vez que dichas memelas están cocidas, se retiran del fuego y, sin importar lo calientes que están, se destruyen apachurrándose con las manos y se pasan por el metate para ser amasadas de nueva cuenta hasta lograr una gran bola de masa cocida. Aparte, se prepara una salsa con jitomates o miltomates, pepitas de calabaza y chiles asados que también se muelen en metate. Esta salsa puede variar de color dependiendo del tipo de chiles y tomates empleados. Una vez listas la bola de masa y la salsa, se saca del fogón la brasa que se colocará sobre el piso.

Imagen: Trabajo culinario colectivo en Espacio Moojkkaaky. Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca. Foto: Bernardo Pérez de la Torre.

 

María del Carmen Castillo Cisneros. Doctora en antropología social por la Universidad de Barcelona y profesora investigadora del INAH. Obtuvo el Premio Fray Bernardino de Sahagún a mejor tesis de doctorado en 2015. Actualmente desarrolla el proyecto “Etnografías de la cultura alimentaria” en Yucatán.

Raquel Diego Díaz. Originaria de Santa María Tlahuitoltepec Mixe, Oaxaca. Antropóloga social egresada de la ENAH. Trabajó en procesos de enseñanza aprendizaje del ayuujk en el Departamento de Lenguas Indígenas de la ENAH. Forma parte del emprendimiento colectivo Moojkkaaky, comidas de maíz.

Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:

Castillo Cisneros, María del Carmen y Raquel Diego Díaz, “Mä’ätsy: hacer y deshacer en la culinaria ritual ayuujk”, Arqueología Mexicana, núm. 168, pp. 50-55.