Los cuatro cuerpos superpuestos del Templo Mayor y los dos adoratorios de la parte alta están colocados sobre una plataforma general, que resultó ser muy rica en información. Sobre ella están las cabezas de serpientes ya mencionadas. Un dato de enorme interés es que en la fachada norte del lado de Tláloc, así como en la parte posterior de la plataforma, se ven conjuntos de braseros con el rostro del dios de la lluvia flanqueando cabezas de serpientes, todos con restos de sus colores originales. Otro hallazgo importante fue el de las dos serpientes de cuerpo ondulante que conservan de igual manera parte de los colores con que fueron pintadas. La del lado de Tláloc mira hacia el sur y la del lado opuesto hacia el norte. A la mitad de la plataforma y en medio de estas serpientes hay una cabeza de ofidio, pintada de azul y ocre, que marca el centro o mitad de la plataforma. Más adelante volveremos a atender lo relativo a los pigmentos utilizados en estas esculturas.
En la fachada principal del lado de Tláloc hay ofrendas que evidencian su relación con el medio acuático. Es el caso de la ofrenda 41, que era parte del Altar de las Ranas, pequeño adoratorio que muestra en su parte superior dos batracios. Es conocido que estos animales se relacionan con el agua y habitan en ella. La ofrenda 41 es una caja de piedra con el cuerpo del dios Tláloc, cuya tapa muestra el rostro del dios. En su interior se hallaron dos máscaras que recuerdan el estilo Mezcala, acompañadas de dos canoas pequeñas de piedra con remos, guías y arpones para la pesca, junto con caracoles y conchas, además de peces elaborados en concha nácar.
Por otra parte, se han localizado dos ofrendas más que guardan estrecha relación con el agua y la fertilidad. Nos referimos a la ofrenda de la cámara III, que se encuentra al extremo norte de la plataforma, que consiste en una cista dentro de la cual estaban dos ollas policromas con sus tapas. En ellas se destaca la efigie de la diosa de la agricultura, que en uno de los casos lleva dos maíces en las manos; otra muestra la figura de Tláloc. En el interior de ambas se hallaron cientos de piedras verdes que pueden simbolizar chalchihuites o dones preciosos. Entre las dos ollas se colocó un felino y muchas otras piezas.
Otro hallazgo de particular importancia se hizo en un altarcillo del lado norte de la plataforma. Se trata de una cista que contenía en su nivel superior jarras con la efigie de Tláloc y debajo de ellas se encontraron los restos óseos de 38 individuos jóvenes, que fueron sacrificados en honor del dios de la lluvia. Según los datos investigados por el antropólogo físico Juan Román Berrelleza, la inmolación por degollamiento pudo ocurrir durante el reinado de Moctezuma I (1440-1469 d.C.), cuando las fuentes escritas señalan que hubo una prolongada hambruna (Román Berrelleza, 1990).
Eduardo Matos Moctezuma. Maestro en ciencias antropológicas, especializado en arqueología. Fue director del Museo del Templo Mayor, INAH. Miembro de El Colegio Nacional. Profesor emérito del INAH.
Matos Moctezuma, Eduardo, “Festividades practicadas del lado de Tláloc”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 81, pp. 32-33.