Comparativamente, los dioses mayas del Posclásico son mucho menos conocidos que los dioses y la mitología aztecas de ese periodo, ya que los documentos del siglo XVI resultan más escasos en la zona maya. Tenemos fuentes tan valiosas como la Relación de las cosas de Yucatán, fray Diego de Landa, y el Popol Vuh, texto quiché, ambos indispensables por su información sobre los dioses y la religión mayas. Sin embargo, las noticias acerca de las deidades de esta cultura se derivan sobre todo de fuentes prehispánicas, del arte y de la escritura, y no de los escritos coloniales.
Paul Schellhas fue uno de los primeros investigadores consagrados al estudio sistemático de este complejo corpus de información. En un trabajo de 1904 publicado en inglés. Schellhas analizó las múltiples deidades que aparecen en los únicos códices prehispánicos conocidos hasta ahora: el Dresden, el de París y el de Madrid. Además de describir e interpretar a los diversos dioses que se hallan en dichos códices y su posible significado, Schellhas identificó también la mayoría de los glifos nominales a los cuales se asocian. Puesto que se sabía tan poco acerca de ellos, Schellhas, en vez de darles un nombre, optó por designar con una letra del alfabeto a cada dios comenzando por la A. El sistema de nominación canónica de las deidades de Schellhas se utiliza todavía, a pesar de que actualmente podemos nombrar a muchas de las deidades.
El estudio de los dioses de Schellhas se limitó al Posclásico (900- 1521 d.C.), periodo en que se pintaron los códices. Sin embargo, las descripciones y representaciones de las deidades mayas, tanto labradas como pintadas. son más abundantes en el Clásico (250-900 d.C.). Aunque los dioses aparecen durante este periodo en estelas, altares y otros monumentos de piedra tallada, se hallan, sobre todo, pintados con particular esmero en las finas vasijas de cerámica usadas en las fiestas y para beber cacao. En las escenas pintadas, los dioses suelen manifestarse en contextos míticos y narrativos, acompañados por textos jeroglíficos. Además de que contienen muchos dioses que no aparecen en los códices del Posclásico, los materiales del Clásico incluyen prácticamente a todos los dioses principales que se muestran en la lista de Schellhas. Algunos otros, como el dios B, Chac o señor de la lluvia y el rayo, se encuentran en el Preclásico Tardío (100 a. C. a 100 d. C.) y desde el principio de la civilización maya. Los dioses mayas presentan un patrón de desarrollo paulatino y continuo. sin episodios de cambios repentinos o de innovación.
El nombre y los atributos de los dioses pueden descifrarse actualmente gracias a nuestro mejor conocimiento fonético de la escritura glífica maya. Según los jeroglíficos, la deidad mortuoria como esqueleto (dios A para Schellhas) se llama Cimi, que significa “muerte”. En un pasaje del Códice Matritense también le llaman Cisin, que en maya yucateco contemporáneo significa “el flatulento”. Chac o dios B de la lluvia y el rayo, tuvo epítetos como Chac Xib Chac y Yaxhá Chac, que se refieren a características particulares de la deidad. El nombre del dios D, el antiguo y nigromántico dios creador, es Itzamná; en textos anteriores se le caracterizaba como Ah Dzib, “el escriba”, y como Idzat, que significa “persona instruida”. Otro viejo personaje es el dios N, llamado Pauahtún, al parecer portador cuatripartita del mundo y sostén del firmamento. Si bien muchos consideran a Ix Chel una hembra joven y agraciada, en realidad el término Chel se encuentra reservado para la vieja y poderosa diosa O, aparentemente llamada Chac Chl. El dios C de Schellhas es una de las deidades más extrañas; aparece en los textos glíficos como la personificación del signo ku o ch’u, que en muchas lenguas mayenses denota carácter sagrado. Parece que más que representar a un ser en particular se trata de la encarnación de lo divino o lo sagrado. La cara del dios C, en los textos mayas antiguos, en ocasiones sirve para introducir los nombres de dioses particulares.
Karl Taube. Doctor en antropología. Profesor de antropología en la Universidad de California Riverside.
Taube, Karl A., “Antiguos dioses mayas”, Arqueología Mexicana, núm. 20, pp. 20-29.
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