Guerra contra la gente de piedra. Lámina 3. Códice Nuttall
Uno de los acontecimientos más difíciles de interpretar en estas primeras láminas del Códice Nuttall se encuentra en un par de relatos que se denominan “la guerra contra la gente de piedra” y “la guerra que vino del cielo”. Estos sucesos parecen interrumpir la narración sobre la vida de 8 Viento, pero en realidad fueron colocados aquí para señalar que fueron hechos contemporáneos y que ocurrieron casi al mismo tiempo de su nacimiento.
En efecto, en la parte inferior derecha de la presente lámina aparece el año 3 caña, día 6 perro, es decir, 132 días después de la fecha en la que 8 Viento surgió de Yucuñudahui. Dicha fecha marca el comienzo de una guerra que, indudablemente, está teñida de tintes míticos.
En este conflicto convergen diversos grupos, principalmente dioses, gobernantes primordiales y los denominados “hombres de piedra”. Estos hombres de piedra se identifican por tener el cuerpo pintado con bandas diagonales de diferentes colores y por la presencia de pequeñas protuberancias en la cabeza, brazos y piernas, que representan texturas ásperas o pedregosas.
Las causas que originaron esta guerra no son claras en los códices, pero sí es posible dilucidar que el objetivo principal de los hombres de piedra era devastar a los primeros gobernantes mixtecos. Precisamente, en esta lámina vemos el ataque de dos hombres de piedra al Cerro de la Lluvia, lugar que estaba defendido por la señora 8 Mono, quien, de acuerdo con el Códice Vindobonensis, provenía o había nacido en el río de Apoala. Sin embargo, 8 Mono cayó en manos de los hombres de piedra, ya que uno de ellos le sujeta el cabello haciéndola cautiva. Por lo tanto, es posible pensar que con la derrota de 8 Mono, los hombres de piedra tomaron el Cerro de la Lluvia y otros dos lugares que aparecen debajo de éste. Estos sitios los identificamos, tentativamente, como Saha Chiyo, hoy San Andrés Sachio, y Yucu Dzucu, Cerro de la Cabeza, hoy Coxcaltepec.
La ofensiva por parte de los dioses ocurrió en el año 5 casa, día 7 serpiente, es decir, dos años después de comenzado el conflicto. En esta ocasión, la señora 6 Águila y el dios 7 Serpiente resisten el ataque en el Cerro de las Flores, quizá el actual San Juan Yucuita. Como vemos en el códice, 7 Serpiente desciende con sus armas convertido en una serpiente de espinas para enfrentar a un hombre de piedra, quien, a su vez, parece combatir a un insecto que le pica una mano. El resultado de la ofensiva divina tuvo un mayor éxito, pues, enseguida, el dios 7 Movimiento sacrifica y extrae el corazón a un hombre de piedra.
7 Movimiento fue una deidad muy importante entre los mixtecos y según el Códice Vindobonensis era el patrono de un lugar denominado Cerro de la Turquesa y Plumas de Quetzal. Mary E. Smith identificó el nombre mixteco del pueblo de Acatlán como Yucu Yuxi, Cerro de la Turquesa; sin embargo, aún habría que analizar otras posibilidades como el nombre de Tejupan, Ñuu Ndaa, Pueblo Azul.
Vemos ahora en el centro de la lámina al señor 7 Viento, quien toma prisionero a otro hombre de piedra en Cerro Quemado o Cerro de las Llamas, Yucu Quesi, lugar que podría ser el actual pueblo de Santa María Tataltepec. Los días en que sucedió este combate están registrados como 4 viento (dos veces) y 8 viento, del año 5 casa. Otro frente de batalla es protagonizado por las deidades patronas de un sitio denominado Pueblo Rojo o Pueblo de la Sangre, Ñuu Cuaha o Ñuu Cuahaneñe, hoy San Esteban Atatlauhca; en este lugar, la señora 8 Venado toma prisionero a un hombre de piedra por medio de una cuerda, mientras el dios 7 Viento, Águila de Pedernales, empuña un lanzadardos, escudo y flechas. La fecha que acompaña a esta escena está registrada con el día 4 perro, del año 5 casa, es decir, 48 días después del día 8 viento señalado anteriormente.
Finalmente, la guerra parece concluir con la captura de un hombre de piedra por parte de los señores 5 Perro, Serpiente de Piedra, y 7 Perro, Perro Blanco, cuya identidad no la hemos localizado en otros códices, ya que ellos combaten sobre un valle que no tiene un nombre en particular.
La presente lámina culmina con un ritual en el que está implicada la diosa 11 Serpiente y tres mujeres con los nombres de 11 Lagarto, 7 Pedernal y 5 Pedernal. La decapitación de la diosa 11 Serpiente está directamente relacionada con el origen del pulque entre los mixtecos, pues, al parecer, del cuerpo desmembrado de esta deidad brotó la planta de maguey que produce el aguamiel. La sangre de la diosa es transportada en pequeñas vasijas por mujeres estrechamente relacionadas con el maíz en el Códice Vindobonensis, se trata de las señoras 5 Pedernal y 7 Pedernal, quienes podrían representar ya sea a la mazorca tierna o a la flor de maíz. También, dentro de un templo, un tlacuache lleva vasijas llenas de sangre con un pedernal encima. Según el mismo Códice Vindobonensis tanto la sangre como el pulque de 11 Serpiente es vertida en la tierra a modo de ofrenda y forma parte de una serie de rituales asociados al ordenamiento de los rumbos del universo.
De acuerdo con Alfredo López Austin, el papel del tlacuache en los mitos de origen es muy importante, pues es el encargado de ordenar el tiempo al robarse los flujos fríos y calientes y colocarlos en los cuatro postes que sostienen el universo. Es decir, el tlacuache roba el fuego y el pulque que representan a las fuerzas divinas y los lleva a los rincones de la tierra para poner en marcha la sucesión de las fuerzas celestes y las del inframundo. En el Códice Nuttall, quizá, el tlacuache roba la sangre de la diosa para verterla en las cuatro direcciones, y fortalecer a los dioses vencedores en la guerra primordial. Aunque, desde luego, no descartamos la posibilidad de un ritual de fertilidad asociado a la tierra y a las siembras.
Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador en el ciesas-D.F. Se especializa en el análisis de códices y documentos de la Mixteca, así como en historia prehispánica y colonial de la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Hermann Lejarazu, Manuel A., “Lámina 3. Guerra contra la gente de piedra”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 29, pp. 18-19.