Los fechamientos moleculares sugieren que el inicio del proceso de domesticación ocurrió entre 18 800 y 32 100 años a.p. Estos hallazgos indican que los perros domésticos fueron el resultado de un proceso que dio inicio con las sociedades de cazadores-recolectores europeos y los cánidos con los que interactuaron, probablemente lobos. Lo más notable es la existencia de un subclado, conocido como Ia, que sólo ha sido identificado en los perros antiguos americanos y que tuvo una frecuencia del 62% en los animales antiguos latinoamericanos. Sin embargo, dicho subclado está ausente en una gran muestra de los perros modernos, lo que implica que los colonizadores europeos desalentaron sistemáticamente la crianza de los perros nativos americanos.
Los estudios moleculares recientes que evalúan si las razas americanas que subsisten son propiamente americanas (inuit, esquimo, groelandés, alaska malamute, chihuahua, xoloitzcuintli y perro pelón peruano) demostraron que tienen efectivamente un origen prehispánico (con resultados ambiguos para el alaska malamute), pero que en las razas nativas de México el material genético tenía casi un 30% de linaje europeo, lo que sugiere el intento de remplazar las razas nativas por medio del cruzamiento o, por lo menos, la existencia de cruzas no cuidadas.
Imagen: a. En documentos del siglo XVI, aparte de los perros comunes y corrientes, se menciona al menos otros dos tipos de especímenes que se distinguen por su morfología corporal: el tlatchichi o techichi y el xoloizcuintli. El tlatchichi era bajo, de patas cortas, y además se le engordaba para destinarlo al consumo humano. Tlatchichi. Occidente de México. Museo Nacional de Antropología. b. Tlalchichi. Códice Florentino, lib., XI, f. 17v. c. Xoloitzcuintli. Códice Florentino, lib., XI, f. 17r. Foto: Oliver Santana / Raíces. Reprografías: Marco Antonio Pacheco / Raíces.
Ana Fabiola Guzmán. Doctora en biología. Laboratorio de Arqueozoología “M. en C. Ticul Álvarez Solórzano”, Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, INAH.
Joaquín Arroyo-Cabrales. Doctor en biología. Laboratorio de Arqueozoología “M. en C. Ticul Álvarez Solórzano”, Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, INAH.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Guzmán, Ana Fabiola y Joaquín Arroyo-Cabrales, “Razas de perros mesoamericanos. Características morfológicas y moleculares”, Arqueología Mexicana, núm. 125, pp. 38 – 41.
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