El sitio arqueológico de Dzibilchaltún, localizado a 14 km al norte de Mérida, es uno de los asentamientos más antiguos de los mayas de las Tierras Bajas del norte de la península de Yucatán, con una ocupación que va desde el Preclásico Medio hasta la época actual. Aunque el asentamiento no dejó de ser conocido por la población local, la atención por parte de los arqueólogos se dio en la década de 1940, cuando George W. Brainerd y E. Wyllys Andrews IV lo visitaron e iniciaron las investigaciones preliminares, y dieron a conocer una importante ciudad maya, comparable con las otras urbes que funcionaron como grandes centros administrativos. Como resultado de esa primera etapa de investigación se llevó a cabo el primer registro de las plazas y edificios del sitio. En los mapas realizados entre 1956 y 1965 se registraron 8 400 estructuras, algunas de las cuales conformaban complejos de terrazas y plataformas.
La presencia del INAH
En 1986 se realizaron investigaciones para determinar la temporalidad del sistema de caminos interiores del centro del sitio, a cargo de la arqueóloga Beatriz Repetto. En 1993, mediante el proyecto arqueológico especial de Dzibilchaltún, dirigido por el arqueólogo Rubén Maldonado Cárdenas, se inició un proyecto de investigación en cinco áreas del asentamiento para integrar los edificios de la Plaza Central y la Plaza Sur, el sacbé 1 y un contexto habitacional situado en las proximidades de ese camino. Entre 1998 y 2006 se liberó, consolidó y restauró gran parte de los edificios que delimitan las plazas central y sur. Actualmente el proyecto Dzibilchaltún tiene como objetivo investigar y recuperar el área central del asentamiento, que abarca las tres grandes plazas y el sistema de caminos que las une.
El Templo de las Siete Muñecas y la Subestructura 1
A partir de la liberación de la superestructura que cubría a ese edificio, se notaron grietas y desplazamientos en sus gruesos muros, así como derrumbes parciales producidos por el deterioro de los dinteles de madera de sus entradas y los dinteles de piedra de sus ventanas. La cubierta del edificio también se ha visto afectada por las lluvias y la humedad, debido a la pérdida de la argamasa de cal viva. Aunque las gruesas paredes de sus muros ayudaron a que sus problemas no fueran mayores, el alarde arquitectónico y el peso de esta construcción con sus macizos y vanos, así como el uso de un mortero de lodo en los cimientos, han contribuido a ese estado de deterioro.
Desde finales de la década de 1990 y hasta el presente se han realizado por parte del INAH trabajos de mantenimiento, consolidación y restauración, con el fin de detener y prevenir mayores daños. En 2008 se han llevado a cabo estudios técnicos que incluyeron el muestreo de morteros originales de las mamposterías pétreas del inmueble y se determinó que varios sectores de esos muros aún conservan parte de los morteros originales, circunstancia que sugiere que cuando se llevaron a cabo los trabajos de consolidación sólo se resanaron los muros que se encontraban en pie.
Imagen: Subestructura 1 o Templo de las Siete Muñecas. Dzibilchaltún, Yucatán. Foto: Proyecto Dzibilchaltún / INAH.
Rubén Maldonado Cárdenas. Maestro por la ENAH. Investigador del Centro INAH Yucatán.
Ángel Góngora Salas. Arqueólogo. Estudios en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la UADY. Investigador del Centro INAH Yucatán.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Maldonado Cárdenas, Rubén y Ángel Góngora Salas, “Intervenciones recientes en dos edificios monumentales en Dzibilchaltún, Yucatán”, Arqueología Mexicana, núm. 172, pp. 50-55.