La sangre ofrecida era obtenida de diferentes maneras. Una de ellas concernía a los actos de autosacrificio realizados con regularidad por todo miembro de la sociedad, particularmente de los sacerdotes. El líquido se extraía con más frecuencia de las orejas y de la lengua utilizando espinas de maguey o punzones de hueso. También se ofrendaba con asiduidad la sangre de ciertas aves, en particular de codorniz.
Sin embargo, la sangre más apreciada era la de los cautivos de guerra y de los esclavos bañados, quienes eran sacrificados regularmente en las fiestas de las veintenas del calendario solar. En estos contextos la sangre era conocida como chalchíuhatl, “agua preciosa” o “agua de chalchihuite”, por ser considerado como el líquido más preciado, el que, al ser esparcido, alimentaba a los seres divinos y, como se vio en la introducción de este número, ponía en marcha el cosmos.
Las “maneras de mesa” de los dioses
Si bien es cierto que las fuentes proporcionan datos acerca de cómo los dioses también se nutrían de alimentos compartidos con los seres humanos, de manera exclusiva de las esencias de las comidas –el vaho, el olor de la comida caliente–, en la lámina 255v de los Primeros Memoriales se alude al rito tlatlatlacualiliztli, literalmente “la acción de ofrecer repetidas veces comida”, que remite precisamente a la forma más frecuente de alimentar a los dioses con sangre. Lo anterior consistía en recolectar la sangre de las víctimas en un cuenco, donde se sumergía también un pedazo de papel que absorbía el líquido.
Posteriormente, el papel impregnado con sangre era untado en los labios de “todos los dioses” (izquintin diablome). Esta breve descripción retrata el protocolo de consumo de sangre hallado con más frecuencia en las fuentes documentales y alude específicamente a la manera de alimentar a las efigies de las divinidades ubicadas en los espacios de culto.
Imagen: El rito tlatlatlacualiliztli, donde se describe cómo alimentar a los dioses con sangre. Primeros Memoriales, f. 255v. Foto: Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.
Elena Mazzetto. Doctora en historia por la Universidad Ca’ Foscari di Venezia y la Université de Paris I Panthéon-Sorbonne. Profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Autora del libro Lieux de culte et parcours cérémoniels dans les fêtes des vingtaines à Mexico Tenochtitlan (Oxford, BAR, 2014), así como de numerosas publicaciones dedicadas a las fiestas de las veintenas mexicas y a la alimentación ritual.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Mazzetto, Elena, “El líquido fecundador. Consumo y funciones de la sangre en los rituales de los nahuas prehispánicos”, Arqueología Mexicana, núm. 185, p. 38-45.