Gracias a las nuevas exploraciones realizadas por el Proyecto Arqueológico San Lorenzo Tenochtitlán se encontraron casi medio centenar de fragmentos de espejos.
Disecado en las obras religiosas y de corte lingüístico elaboradas sobre todo por escritores eclesiásticos, el cuerpo que traslucen estas obras, se nos ofrece a menudo requerido de la acción purificadora de la gracia que posibilitan los sacramentos.