El Edificio Funerario de Atzompa
Sistema funerario
El edificio aumentó de tamaño hacia los lados y a lo alto, como lo indican la escalinata de grandes bloques de piedra que se colocaron cubriendo el muro del primer momento constructivo. En cuanto al interior del edificio, la cámara 3 fue modificada al construirse una escalinata de seis peldaños que descienden a un pequeño vestíbulo, y la cámara 2 fue construida en un nivel ligeramente más elevado. Durante esta modificación se clausuró la cámara 3, con las ofrendas en su interior. Para el tercer y último momento constructivo, el edificio adquirió su forma actual: se utilizaron escalones de piedra y estuco al exterior, se ampliaron las banquetas de la plaza, el edificio aumentó sus proporciones y tuvo mayor altura. En el interior, la escalinata aumentó tres peldaños, posiblemente se clausuraron los niveles inferiores y el cubo de acceso tal vez funcionó como una antecámara, en tanto que la cámara 1 se construyó directamente sobre la cámara 2 y por debajo del templo del edificio.
Aunque se desconocen las causas, es evidente que la antigua ciudad de Atzompa sufrió un abandono paulatino, durante el cual se cancelaron varios espacios, con mayor evidencia en las cámaras 1 y 2, que fueron vaciadas de la mayor parte de su contenido, pues sólo se encontraron fragmentos de objetos de lo que alguna vez constituyó una ofrenda funeraria zapoteca. Gran parte de la arquitectura fue destruida de manera intencional, tal vez empleando algunas herramientas; después de la destrucción, fueron rellenados los espacios con tierra y piedras. Durante el proceso de rellenado se colocaron algunas ofrendas, en su mayoría miniaturas, quizá como parte del ritual de abandono.
Imagen: Izquierda: La tumba del Edificio Funerario o Edificio 6 se conoce como Tumba 3 de Atzompa o Tumba 242 de Monte Albán. Foto: Archivo Técnico del Proyecto Arqueológico del Conjunto Monumental de Atzompa (ATPACMA) / INAH. Derecha: En la cámara 3 se encontró una urna que representa al señor 8 Temblor, nombre calendárico que lleva en su vestimenta. Además, se encontró otra urna –de dimensiones menores–cubierta de pigmento rojo. Tumba 3, Atzompa. Foto: Oliver Santana / Raíces.
Nelly M. Robles García. Arqueóloga por la ENAH, maestra en conservación de arquitectura prehispánica por la ENCRYM-INAH y doctora por la Universidad de Georgia, Estados Unidos. Directora del “Proyecto Arqueológico Conjunto Monumental de Atzompa”, e investigadora visitante en la Universidad de Harvard. Miembro del Comité Científico-Editorial de Arqueología Mexicana.
Jaime Vera Estrada. Arqueólogo por la ENAH. Responsable de la operación de la zona arqueológica de Atzompa. Colaborador del “Proyecto Arqueológico Conjunto Monumental de Atzompa”.
Eduardo García Wigueras. Arqueólogo por la ENAH. Colabora en el “Proyecto Arqueológico Conjunto Monumental de Atzompa”.
Robles García, Nelly M. et al., “El Edificio Funerario de Atzompa”, Arqueología Mexicana, núm. 126, pp. 48-51.
Si desea leer el artículo completo, adquiera nuestras ediciones impresa o digital: