La ofrenda IV localizada bajo el adoratorio del Edificio H de Monte Albán contenía cinco cajas con su tapa. Ninguna es igual, pues su altura varía entre 60 y 70 cm. Parece que al menos cuatro de ellas tienen incisas tres de sus caras laterales externas con cartuchos que llevan el glifo “agua” y brotes de maíz en las cuatro esquinas. Sus caras posteriores se dejaron sin decorar. Las tapas están igualmente incisas en su superficie superior con el glifo “agua”, y llevan un asa en forma de brote de maíz. Curiosamente, una de las cajas tiene el glifo “agua” rotado 90 grados, un enigma que se intentará explicar al comentar el siguiente grupo de cajas. El estilo de los glifos “agua” sitúa la manufactura de los recipientes entre 200 a.C. y 200 d.C.
La relevancia de este conjunto radica en su contexto más amplio. Aunque fueron excavadas bajo dicho adoratorio, este último se construyó encima y después de rellenar una gran cisterna que formó parte de un sistema de manejo ritual de agua construido al centro del lado este en la Plaza Principal de Monte Albán. Aunque las investigaciones han sido parciales, la cisterna y los desagües que la alimentaban parecen haber sido modificados al menos en tres ocasiones. Es probable que la ofrenda de cinco cajas estuviera relacionada con una ceremonia de terminación de lo que debió ser la última modificación al sistema de manejo ritual de agua.
Otro conjunto, también procedente de Monte Albán y compuesto por cinco cajas, se encontró asociado al penúltimo piso del montículo de la terraza 18, por encima de la tumba 103 (fig. 3c). Las cajas se habían colocado en hilera y sus correspondientes tapas estaban ya muy destruidas. Los recipientes, casi de forma cuadrangular y con cuatro soportes cilíndricos en la base, son de 40 cm de altura. Cada caja lleva el glifo “milpa” grabado en las cuatro superficies laterales externas. El glifo incluye un cartucho con un círculo al centro (el cual representa una semilla) y brotes de maíz en cada esquina. La relación estratigráfica y el estilo del signo “milpa” sugieren que las cajas se manufacturaron entre 500 y 600 d.C.
Javier Urcid. Doctor en antropología por la Universidad de Yale. Profesor asociado en el Departamento de Antropología de la Universidad de Brandeis, Boston, Massachusetts.
Tomado de Javier Urcid, “Sobre la antigüedad de cofres para augurar y propiciar la lluvia”, Arqueología Mexicana, núm. 110, pp. 16-21.
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