Los resultados de los análisis arqueobotánicos que realizó la Dra. Aurora Montúfar, del Laboratorio de Paleobotánica del INAH, a las muestras de flotación de la tierra recuperada al interior de los sahumadores evidencian la presencia de copal blanco (Bursera bipinnata) y restos carbonizados de pino, encino y abeto, que probablemente servían para generar la combustión.
En cuanto a la ubicación de esta ofrenda, es relevante señalar que en el f. 269r de los Primeros Memoriales de Sahagún se ve un sacerdote realizando el acto de sahumar sobre la estructura identificada como Cuauhxicalco, posiblemente para destacar la importancia de dicha práctica en ese lugar. Este personaje, además de enarbolar un sahumador en combustión, muestra las piernas ensangrentadas. Por ello, no es de extrañar que la ofrenda 155 incluya objetos asociados tanto con la quema de incienso como con el autosacrificio-
En las fuentes históricas, los códices y el arte mexica abundan las referencias en las que los participantes de ceremonias queman resinas en un sahumador mientras llevan a cabo sangrías.
Como evidencia de ello, Durán relata que el gobernante Ahuítzotl (1486-1502), al volver de su expedición victoriosa de Tehuantepec, sahumó la estatua de Huitzilopochtli y, con un punzón de hueso de jaguar, sacó sangre de su cuerpo y la ofreció.
Imagen: El sahumador 12 fue uno de los que aún conservaba restos de copal adheridos en las paredes de la cazoleta. Foto: PAU/INAH. Sacerdote con las piernas llenas de sangre y sahumando sobre el Cuauhxicalco. Primeros Memoriales, f. 269r. Foto: BNAH.
Lorena Vázquez Vallin. Pasante de la licenciatura en arqueología por la ENAH. Jefa de campo del Proyecto Guatemala, 24. Investigadora del Programa de Arqueología Urbana del Museo del Templo Mayor.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Vázquez Vallin, Lorena, “Ofrendas de sangre y copal en la Plaza Oeste del Templo Mayor de Tenochtitlan”, Arqueología Mexicana, núm. 185, p. 60-67.