Pájaros del fuego. La cría de las guacamayas rojas en el norte prehispánico
El transporte y el cuidado de las guacamayas rojas no era fácil. Las guacamayas rojas son muy difíciles de manejar, y el clima árido del NO/SO difiere sustancialmente de su tierra natal neotropical. Aun así, la gente ideó soluciones para transportarlas, criarlas e incluso reproducir estas aves fuera de su hábitat natural.
Estudios realizados por isótopos de estroncio y carbónoxígeno han permitido establecer que la mayoría de los restos de guacamayas analizados indican que fueron criadas localmente, en sitios como Pueblo Bonito y Wupatki, asimismo, en Paquimé la mayoría parece haber sido criada en el sitio o en lugares muy cercanos y algunas pocas parecen provenir de zonas más lejanas. Análisis de ADN de los mismos pájaros indican que para el fin del primer milenio había un centro de cría ancestral afuera de su hábitat natural.
Esto nos muestra un panorama más complejo, donde pareciera que hubo una adquisición de guacamayas rojas desde sus lugares de origen, seguramente desde la zona de la Huasteca, donde sabemos que se criaron éstas y es la zona más norteña de su distribución, para ser transportadas al norte; pero una vez establecida una población, la cría se hizo mayoritariamente de forma local, tal vez agregando algunas aves llevadas desde sus zonas de origen, como en el caso de Paquimé.
La presencia y notable profundidad temporal de las interacciones entre humanos y guacamayas en el NO/SO da cuenta de su gran importancia simbólica, así como de su relevancia cosmogónica, cuestión que se repite hasta hoy en las prácticas, historias y tradiciones orales de los grupos indígenas que habitan este territorio.
Imagen: Izquierda: Vasija trípode. Becán, Campeche. Museo de Arqueología Maya, Fuerte de San Miguel. Foto: D.R. INAH, México. Derecha: Vasija policroma. Balamkú, Campeche. Museo de Arqueología Maya, Fuerte de San Miguel. Foto: D.R. INAH, México.
Christopher W. Schwartz. Doctor en antropología por la Universidad Estatal de Arizona. Trabaja en proyectos de campo y de colecciones en Estados Unidos y México, y se especializa en el intercambio interregional, así como en las interacciones humano- animales a largo plazo.
José Luis Punzo Díaz. Doctor en arqueología por la ENAH e investigador del INAH. Ha sido director del Museo de las Culturas del Norte en Paquimé, Chihuahua, y ha dirigido proyectos de investigación en Durango y Michoacán. Estudia las interacciones entre el Suroeste de los Estados Unidos y el Norte y el Occidente de México.
Ben A. Nelson. Profesor Emérito en la School of Human Evolution and Social Change de la Universidad Estatal de Arizona. Ha trabajado en la arqueología y etnoarqueología del Suroeste de Estados Unidos, Guatemala y el Norte de México.
Esta publicación puede ser citada completa o en partes, siempre y cuando se consigne la fuente de la forma siguiente:
Schwartz, Christopher W., José Luis Punzo y Ben A. Nelson, “Pájaros del fuego. La cría de las guacamayas rojas en el norte prehispánico”, Arqueología Mexicana, núm. 182, pp. 60-65.