Entre el norte del Valle del Anáhuac y el suroeste del Valle del Mezquital se encuentra Teotlalpan, “en la tierra de los dioses”, lugar característico por su clima semiárido, y dentro de ella se encuentra el municipio de Apaztli, actualmente conocido como Apaxco de Ocampo, entre cuyos paisajes de cerros de matorral y pastizal puede encontrarse una gran variedad de hongos silvestres, que se aprovechan en temporada de lluvia como alimento y medicina.
En este municipio se registra por primera vez en el mundo un hongo blanco del género Amanita que es comestible. La importancia de este hallazgo es que dentro de la ciencia y de la cosmovisión de pueblos originarios y mestizos del país se considera a este grupo de hongos blancos Amanita como especies no comestibles, debido a que contienen diversas clases de toxinas que pueden causar severos problemas gastrointestinales e incluso la muerte. ¿Y entonces, por qué la población de Apaxco consume este hongo?
Hace tres años se demostró que el género Amanita está conformado por dos grupos: el primero y el más diverso son los que forman micorrizas con las raíces de los árboles y principalmente se encuentran en bosque templado; el segundo grupo son los hongos saprobios, los cuales degradan materia orgánica en pastizales. Amanita thiersii, el hongo que consumen los apaxquenses, pertenece al grupo de los hongos saprobios, por lo que su biología en aspectos fisiológicos y ecológicos es muy diferente de los hongos micorrízicos, en los cuales se encuentran la mayoría de especies tóxicas y venenosas.
Además de ser un hongo que rompe paradigmas en la ciencia, Amanita thiersii es de gran importancia cultural en Apaxco, ya que es de los hongos que más se aprovecha como alimento, debido a que se pueden encontrar al inicio y al final de la temporada de lluvia. Cabe mencionar que los pobladores lo tienen muy bien identificado e incluso lo nombran de siete maneras diferentes: hongo de neblina, hongo de niebla, pechuga de pollo, sombrerudo, pata de borrego, hongo de sol y agosteño.
Alicia Rodríguez Hernández. Licenciada en biología por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Coordinadora del área de Cultura y Educación Ambiental en Ecopil Arte Crea Conciencia.
Rodríguez Hernández, Alicia, “El hongo de neblina en Apaxco”, Arqueología Mexicana, edición especial, núm. 87, pp. 72-73.