Con el nombre de El Opeño se designó hace 40 años a un sitio arqueológico ubicado al sur del municipio de Jacona, Michoacán. Su importancia cultural y principal atractivo provienen de la existencia de tumbas ahuecadas en el subsuelo de toba volcánica (achieri, tepetate), notable por su remota antigüedad y por sus contenidos.
En El Opeño se localizó una peculiar versión de cementerio, cuyos diseños originales constituyen una arquitectura funeraria tan distintiva como antigua, pues ha sido posible fecharla hacia 1500 a 1200 a.C. Asimismo, las ofrendas que acompañaban los entierros han aportado significativa información para la arqueología local y regional, tanto por su presencia y temporalidad como por las características culturales, decorativas y técnicas. Las bóvedas de las tumbas de El Opeño se apoyan en arcos, que en algunos casos fueron desplantados desde las banquetas donde se ubicaban los cadáveres. con todos estos elementos tan bien definidos, es imposible negar que ya existia un claro concepto de arquitectura funeraria. Parte de la alfarería estaba conformada por ollas globulares de cuellos divergentes, además de cuencos hemisféricos o trípodes. esta alfarería fue decorada con colores rojos, guinda o negro, delimitados por líneas incisas o punzados, todo lo cual hace que en verdad sea muy atractiva.
Tomado de J. Arturo Oliveros Morales, “El Opeño,Jacona, Michoacán“, Arqueología Mexicana núm. 123, pp. 37 - 42.