Las representaciones de la joyería de concha en el Centro de México
El anáhuatl
Es un pectoral de forma circular con un diseño, sobre la cara anterior, también circular, calado en el centro. Está decorado con dos líneas incisas, también circulares, sobre el borde interno y externo del adorno. Todo el pectoral está hecho con la técnica del desgaste y seguramente fue pulido posteriormente. Procede de la valva de un pelecípodo nacarado conocido por la biología como Pinctada mazatlanica, especie muy abundante en la Provincia Panámica, especialmente en las costas del Mar de Cortés y en las de Sinaloa. La cara posterior fue desgastada y pulida hasta dejar al descubierto el nácar. El anáhuatl ha sido encontrado en las excavaciones del Templo Mayor, lo que nos permite comparar la pieza arqueológica con la pintada en el códice.
Este pectoral es característico del dios Tezcatlipoca: es el símbolo que lo identifica y señala a él y a todas sus advocaciones: como el feroz Tepeyólotl, dios del rugir de las montañas. No sabemos exactamente qué significa este pectoral, aunque algunos investigadores piensen –idea que comparto– que es una versión del espejo humeante que el dios lleva en la sien derecha, y a veces también en el pie derecho, con el objetivo de observar la conducta del hombre, su entorno y su mundo, y desde donde contempla y estudia el Universo.
Tezcatlipoca es el dios creador del cielo nocturno y, al mismo tiempo, de la providencia y la destrucción. Su nombre significa “el espejo que humea”. Era ubicuo, es decir que se hallaba en todas partes al mismo tiempo, y entendía de todos los asuntos humanos. Lleva el pelo con el corte característico de los guerreros, plumas de garza en el tocado, pintura facial a rayas, la nariguera yacaxíhuitl de concha y turquesa, y sobre el pecho el anáhuatl sostenido por el moño rojo.
Imagen: Izquierda: Tezcatlipoca portando el anáhuatl de concha, la nariguera de concha yacaxíhuitl cubierta con turquesa, el bastón de mando con cuentas disco en la parte inferior y un espejo. El icpalli en el que está sentado el dios también está adornado con cuentas disco. Códice Magliabechi, f. 33r. Derecha: Tezcatlipoca en su advocación de Tepeyólotl, el corazón de la montaña. Porta el anáhuatl y la yacaxíhuitl, nariguera de concha cubierta con turquesa. Códice Borbónico, p. 3. Fotos: Martha Alicia López Díaz.
Lourdes Suárez. Arqueóloga por la ENAH, maestra en antropología (especialidad en arqueología) por la UNAM, doctora en antropología por la UNAM. Investigadora emérita en la Dirección de Etnohistoria del INAH. Se especializa en la investigación etnohistórica de material de concha.
Suárez, Lourdes. “Las representaciones de la joyería de concha en el Centro de México”, Arqueología Mexicana, núm. 161, pp. 50-59.